Si el objetivo de acceder a la Copa se divisaba el lunes como una quimera tras la derrota ante el Real Madrid, apenas 48 horas después emerge un pequeño rayo para la esperanza. El Baskonia satisfizo su doble aspiración ante el Leyma Coruña: la victoria en primera instancia y también un marcador rotundo (114-66) para mejorar su coeficiente negativo entre puntos a favor y en contra.

El billete para la cita del Gran Canaria Arena entre el 13 y 16 de febrero aún permanece en manos ajenas, pero bienvenida sea la posibilidad de llegar vivo, al menos, hasta la última jornada en que quedará efectuada la criba definitiva.

Prueba de que Pablo Laso quiere agotar todos los cartuchos para obrar el milagro es que Ndiaye, que en condiciones normales podía haber disfrutado de un importante minutaje en una jornada tan plácida, no hizo acto de presencia sobre la pista y Savkov, autor de dos triples muy valiosos acogidos con una indisimulable alegría por sus compañeros, ingresó en el minuto 38.

En un momento de apreturas como el actual, no hay espacio para las concesiones y así lo entendió el técnico vitoriano prescindiendo de dos cupos residuales y limitando las apariciones de un Jaramaz que sigue sin levantar cabeza pese a la oportunidad que le concedió la lesión de Howard de recuperar su plaza en la ACB.

El Buesa Arena fue testigo este miércoles de la victoria más apabullante de la campaña. Un paseo militar de principio a fin frente a un rival que tras aterrizar en Vitoria malherido desde hace días debido a un inoportuno virus vio agravado su famélico estado con una derrota muy pesada en su equipaje. Sin más argumentos baloncestísticos que algunas defensas zonales de Diego Epifanio y una horrible versión de su decadente estrella Trey Thompkins, el Leyma puso la mejilla y el Baskonia se la partió sin contemplaciones tras una actuación redentora a casi todos los niveles.

Se trataba de pisar a fondo el acelerador desde el minuto 1 al 40 y la escuadra alavesa paseó su colmillo afilado con el fin de hacer creer a su afición con la Copa. El consuelo es que ya llueve algo menos para un grupo que ha regalado lo que no está en los escritos durante esta primera vuelta liguera. Las cábalas pasan ineludiblemente por ganar con amplitud al Girona y Breogán, y esperar los tropiezos de dos de los tres rivales directos (Manresa, Zaragoza y Barcelona). Difícil, pero ni mucho menos imposible.

Muchos jugadores entonados

Tras varias jornadas sometido a un desgaste sobrehumano y abocado a partidos de una dificultad extrema, el Baskonia encontró por fin un oasis de tranquilidad en la visita de un recién ascendido como el Leyma Coruña. El conjunto de Pablo Laso impuso su jerarquía en una jornada de guante blanco donde se aplicó con las dosis imprescindibles de profesionalidad y no dio margen para la sorpresa.

Desde el salto inicial, quedó plasmada la abismal diferencia de calidad entre ambos conjuntos. Howard fue reservado debido a sus molestias en la rodilla izquierda y Jaramaz ocupó su lugar en la convocatoria azulgrana, aunque el exterior serbio mantuvo el tono gris de toda la temporada y apenas acertó a reivindicarse dentro de una jornada propicia para los atracones.

Moneke fue el encargado de abrir el fuego a nivel anotador ante un Coruña entregado desde los albores. La verticalidad y la mordiente del nigeriano tuvieron esta vez su contrapunto en la estabilidad de un Luwawu-Cabarrot cada vez más entonado, la muñeca de seda de Rogkavopoulos y Baldwin o la fortaleza bajo el tablero de Diop. El senegalés metió mucho miedo a sus pares con una buena colección de 'gorros'.

La nimia resistencia gallega saltó por los aires tras un parcial de 19-0 entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo. El 16-12 se transformó en un apabullante 35-12 que disipó cualquier atisbo de incertidumbre respecto a la identidad del ganador. Al Leyma se le hizo diminuto el aro vitoriano durante más de siete minutos y la velada quedó entonces vista para sentencia.

El Baskonia destruyó a su pusilánime rival a base de clarividencia ofensiva, instinto asesino desde la larga distancia y un ritmo centelleante. Virtudes apreciadas con cuentagotas hasta la fecha pero que en esta ocasión hicieron acto de presencia con la contundencia deseada para mejorar de forma notable el 'basket average' general en la tabla. Ahora luce un esperanzador +6 en su casillero.