El Baskonia, en el día en el que Markus Howard se reencontró a sí mismo, logró llevarse una de sus victorias más plácidas de lo que va de temporada en su visita a Belgrado. El Maccabi, con profundos agujeros defensivos y con Gabriel, uno de sus referentes, lesionado al poco de comenzar, no puso demasiadas trabas al conjunto azulgrana, que cimentó su triunfo sobre el recital anotador de su estrella y su eficiente gestión de la renta construida por él en el primer cuarto.
El encuentro, en el que Laso insistió con su quinteto titular formado por Forrest, Howard, Sedekerskis, Moneke y Hall, comenzó con ambos equipos intercambiándose canastas a un ritmo muy alto, guión provocado por una puesta en escena defensiva muy pobre por parte de los dos. El Baskonia no logró obligar a los locales a jugar posesiones en estático, pero a cambio anotó con enorme facilidad por medio de los balones filtrados por Forrest a Hall y a Moneke, que castigaron la falta de centímetros del Maccabi por dentro.
A los cinco minutos de juego y después de que los israelís amagaran con escaparse con dos triples seguidos de Blatt, el marcador reflejaba un abultado 15-15 que siguió creciendo. El choque se convirtió por momentos en un concurso de triples en el que el al fin reconocible Howard, con tres dianas en tres intentos, Baldwin y Rogkavopoulos estuvieron más acertados que el Maccabi, que se atascó y vio cómo el Baskonia arrollaba al cierre del primer cuarto con un parcial de 2-16 que le permitió construirse una jugosa ventaja de 11 puntos.
Una vez abierta la vía del lanzamiento exterior, el conjunto gasteiztarra se dedicó a explotarla mientras los hombres de Oded Kattash perseguían sombras y llegaban tarde a todos los punteos. Rogkavopoulos, Howard y Sedekerskis sumaron tres triples más a la hoja de estadísticas y los vitorianos alcanzaron una renta máxima hasta entonces de 16 puntos.
Pudieron hacer aún más daño los hombres de Laso, pero quizás por verse tan superiores se relajaron atrás, los porcentajes desde los 6,75 metros se normalizaron y entre Sorkin, Blatt y Hoard, los más acertados del Maccabi, redujeron la brecha a diez puntos (42-52). Sin embargo, bastó con que Howard, aún en trance, regresara a la cancha para poner las cosas en su sitio y se llegara al descanso con 14 puntos de diferencia (43-57) y 16 en la cuenta particular del escolta norteamericano.
Al fin un desenlace tranquilo
Al regreso de vestuarios, el ritmo frenético que llevaba el encuentro se ralentizó y, en un guión de más control y posesiones de cinco contra cinco la diferencia fue fluctuando entre los 10 y los 15 puntos sin que llegara a incomodar al Baskonia, pero sin que el partido se cerrara del todo. Quedó comprobado que Howard es humano cuando falló su primer tiro de campo de todo el encuentro en el minuto 24 de juego, aunque siguió anotando con regularidad bien escudado por un Moneke más protagonista que en la primera parte y liberado del férreo marcaje de Hoard.
Quien no se enfrió fue el sorprendente Sorkin, protagonista inesperado en una cita a la que llegaba tras superar una lesión. Dos canastas consecutivas del interior bielorruso acercaron al Maccabi con el 56-65, pero los visitantes superaron sin complicaciones ese momento de dudas gracias a cinco puntos seguidos de Moneke como respuesta. Con una sólida defensa y un guión al gusto de Laso, se llegó al cuarto decisivo sin que la distancia se moviera apenas (60-75).
Quedaba lo que más le está costando al equipo en los últimos compromisos: ponerle la puntilla al partido. Claro que cuando tienes a Howard en modo apisonadora, todo resulta más fácil. El estadounidense siguió bailando sobre el parqué, rompiendo las cinturas de sus rivales con sus cambios de dirección en los unos contra unos y luciendo su muñeca en los 6,75 metros, línea desde la que sentenció el partido cuando a poco más de cinco minutos para el final puso el 67-86 en el marcador.
No hubo mucha más historia para los pocos aficionados israelís que se acercaron a la Sala Pionir, que presenciaron cabizbajos unos últimos minutos que sirvieron para que Jokubaitis se luciera y maquillara sus estadísticas. La irrupción del lituano llegó demasiado tarde y para cuando el Maccabi se logró situar a diez puntos (85-95) sólo quedaba un minuto y esta vez el Baskonia no se disparó en el pie.