Un Markus Howard lejos de sus habituales números. Muy por debajo del excelente nivel mostrado en los ejercicios anteriores. Sorprende ver al jugador franquicia del Baskonia tras las dos últimas renovaciones al alza en un segundo plano durante buena parte de los partidos disputados hasta la fecha.
El de New Jersey ejerce de sexto hombre, con un rol similar al que en su día tuvo Jaycee Carroll en los años más gloriosos de Pablo Laso en el Real Madrid.
El 'killer' azulgrana es uno de los grandes damnificados, sino el más, de la falta de clarividencia de los directores de juego del Baskonia. El compulsivo anotador azulgrana se encuentra desabastecido de balones en este inicio de curso.
Se ha pasado de la 'Howarddependencia' vivida en ocasiones en temporadas precedentes a ni siquiera pasar el balón al jugador más resolutivo del equipo durante buena parte de los minutos que permanece en cancha.
Buena prueba de ello es lo sucedido este miércoles en Belgrado ante el Estrella Roja. Howard no llegó a realizar ni un solo lanzamiento a canasta durante los 7:38 minutos que estuvo en cancha durante la primera mitad. Algo inaudito.
Tanto como que sus primeros puntos no llegaran hasta el minuto 26:24 al anotar un triple frontal tras recibir una asistencia de Kamar Baldwin en lo que fue su ¡¡¡primer lanzamiento a canasta de todo el partido!!!
4º JUGADOR EN TIROS REALIZADOS
Lo dicho, insólito. Viendo que su primer tiro a canasta no llegó hasta que quedaban 3:36 minutos para la finalización del tercer cuarto, no es de extrañar la escasez de lanzamientos en su carta de tiro.
Howard acabó el duelo ante el Estrella Roja con un 1/2 en tiros de 2 y un más que discreto 1/5 (20%) en triples. Tan solo siete lanzamientos de campo, cifra escasa y que no responde al estatus que tiene el jugador en el vestuario.
Y es que Howard ha pasado de ser el jugador que más tiros realizaba por partido a ser uno de los que menos lanzamientos intentó ante el Estrella Roja. En Belgrado, Baldwin acabó con sus mismos 7 tiros de campo, Nikos Rogkavopoulos hizo uno más (8), mientras que Luwawu Cabarrot y Moneke se fueron hasta los nueve.
Un 'killer' desasistido. Los bases del equipo aún no carburan. Incapaces de generar juego. Su falta de fluidez provoca que el Baskonia sufra y mucho en estático. Hasta la fecha, ni Baldwin, ni Forrest –de Jaramaz casi ni hay noticias– se han mostrado capaces de generar juego.
Abusan mucho del bote, son demasiado individualistas y no aportan ni el ritmo, ni la fluidez necesaria al juego del Baskonia, lo que acaba muchas veces en ataques atropellados y haciendo cada uno la guerra por su cuenta.
De hecho, buena parte de los puntos del Baskonia llegan tras este tipo de situaciones. Con los segundos de posesión a punto de agotarse, jugadores como Luwawu-Cabarrot y Moneke, principalmente, asumen la responsabilidad de intentar anotar encarando la canasta desde fuera hacia dentro en una acción individual ante la falta de recursos colectivos.
No se propician situaciones de ventaja, tampoco se generan bloqueos propicios con el fin de que los tiradores se vean liberados y Howard es el principal damnificado por ello. Sus compañeros no le encuentran en una posición franca en la que pueda clavar su veneno.
CASI 6 TIROS DE CAMPO MENOS
Así no extraña que sus números hayan caído de forma notable en este inicio de temporada. En la ACB, por ejemplo, el escolta estadounidense ha visto cómo sus lanzamientos se han reducido drásticamente.
Y es que Howard ha pasado de tirar la pasada temporada 13,7 lanzamientos de campo en la competición doméstica a promediar en esta cinco menos (8,5). Sorprende sobre todo la cifra de intentos de tres puntos, ya que en el ejercicio 2023-24, alcanzaba los 9,1 tiros y en este arranque de curso se queda en algo más de la mitad (5,5). En tiros de dos sus medias eran de 4,6 en la ACB la pasada campaña y de 3 en esta.
En el frente doméstico ha lanzado de media 5,2 tiros de campo menos a canasta y en Euroliga la cifra asciende hasta los 5,6
Además, sus porcentajes también han disminuido de forma más que notoria al pasar de un 49,6% en tiros de 2 y un 41% en triples a un 33% desde dentro del arco y a un 36,4% desde más allá de los 6,75 metros.
El hecho de tirar menos y con peores porcentajes ha provocado que sus estadísticas de puntos y de valoración se hayan visto resentidas. Y es que si en la temporada 23-24 promediaba 19,4 puntos por partido y alcanzaba los 13,5 créditos de valoración en esta anota 8 puntos menos al quedarse en 11 y su valoración en la ACB es de tan solo 2,5.
En la Euroliga sucede otro tanto de lo mismo. Sus tiros de campo en la máxima competición continental ascendían en la temporada anterior a 15,1 –5,6 de 2 y 9,5 de 3–, mientras que en esta han bajado hasta los 9,5 –4 de 2 y 5,5 de 3–. Al igual que en la ACB, sus porcentajes de acierto también han caído al pasar de un 48,4% en tiros de 2 a un 37,5% y de un 40% en triples a un 36,4%.
La estadística que más ha caído es la de su valoración en la ACB, apartado en el que promedió 13,5 en la 23-24 y ahora lleva 2,5 en la 24-25
Del mismo modo, sus números en cuanto a anotación y valoración han descendido sustancialmente. 19,5 era la cifra de puntos anotados en el curso 23-24 y en este se queda tan solo en 12, mientras que la valoración de la pasada temporada ascendía a 11 y en esta se queda en 8,5.
MENOR MINUTAJE Y SUS FALTAS
Además, hay que destacar que juega casi cinco minutos menos que la pasada campaña en la ACB al pasar de estar en pista 22:19 minutos a 17:30 y tres menos en la máxima competición continental. Este curso promedia en los dos partidos 20:24 minutos, cuando el anterior ejercicio llegaba a los 23.
Quizá buena parte de su reducción de minutos venga por la facilidad mostrada para cometer faltas, algunas de ellas estúpidas y evitables. De hecho en Belgrado cometió tres en tan solo 7:38 minutos, mientras que en Tenerife fue excluido tras alcanzar las cinco con tan solo 18:58 minutos jugados. De momento, no es el Howard arrebatador de las pasadas campañas. El 'killer' se encuentra desabastecido y es hora de cambiar esta tendencia.