Han pasado muchos años ya desde que en 2010 se marchara a los Spurs de la NBA siendo una indiscutible estrella europea tras capitanear la tercera Liga ACB conquistada por el Baskonia en aquella increíble final ante el Barcelona coronada con el 'dos más uno' de Fernando San Emeterio, pero Tiago Splitter pudo comprobar este sábado en persona el cariño y la devoción que la afición continúa sintiendo todavía por él.
Como aperitivo del emotivo homenaje que le espera en los prolegómenos del trascendental partido ante el Bàsquet Girona con la retirada de su camiseta con el dorsal 21, la leyenda brasileña se dio este sábado un primer baño de masas en la Baskonia-Alavés Experience Store.
Centenares de seguidores azulgranas, veteranos y jóvenes a partes iguales, no quisieron perderse la oportunidad de departir con él durante algún minuto y obtener su preciado autógrafo. Por ello, fueron incontables los seguidores que se congregaron en la céntrica tienda gasteiztarra en el primero de los varios actos programados por el Baskonia para agasajarle.
Su camiseta será desde este domingo la quinta de un histórico perteneciente en su día a la entidad del Buesa Arena que cuelgue de lo alto del templo de Zurbano tras los anteriores homenajes dedicados a Pablo Prigioni, Sergi Vidal, Igor Rakocevic y Luis Scola.
El argentino fue precisamente el mentor del 'cinco' nacido en Joinville y quien le enseñó muchos trucos en la zona para poder erigirse en uno de los interiores más completos y dominantes de la historia del Baskonia.
Un quinteto de muchos quilates que simbolizó en la primera década del 2000 la extraordinaria pujanza deportiva de un club vitoriano que no solo competía de tú a tú con los grandes transatlánticos españoles y europeos sino que también celebraba títulos en la Virgen Blanca.
En el caso de Splitter, fueron nueve (dos Ligas, tres Copas del Rey y cuatro Supercopas) a lo largo de 413 partidos oficiales, además de cuatro apariciones consecutivas en la Final a Cuatro de la Euroliga, la solitaria espina clavada de su dorada etapa en Vitoria.
Largas colas
Tal era la expectación por ver a Tiago, tan delgado y fino como siempre y para el que parecen no haber pasado los años, que algunas aficionadas como Daiane Laguillo llegaron al filo de las 16.00 horas –mucho antes de lo esperado– para vislumbrar de cerca la silueta del que fuera su ídolo.
"Desde que se marchó Kenny Green nadie me había marcado tanto hasta que llegó él. Para mí, está incluso por encima de Luis Scola entre los mejores jugadores del Baskonia. Lo que más apreciaba era su trato con la gente y su humildad"
“Desde que se marchó Kenny Green nadie me había marcado tanto hasta que llegó él. Para mí, está incluso por encima de Luis Scola entre los mejores jugadores del Baskonia. Lo que más apreciaba era su trato con la gente y su humildad”, subraya esta baskonista de toda la vida, que llevó al acto amenizado por Aker alguna fotografía que se hizo junto a Splitter en 2010 antes de que emigrara a San Antonio.
Esther Maíllo también se presentó en la calle General Álava mucho antes del inicio del evento, programado para las 18.30 horas. En su caso lo hizo acompañado de sus dos hijos pequeños, a quienes ya ha relatado con pelos y señales cómo era Splitter dentro y fuera de la pista.
"Tiago representa por encima de todo la cantera del Baskonia. Lo que más recuerdo cuando jugaba era su sonrisa permanente. Me encantaba su fuerza y el sentimiento hacia los colores del club"
“Tiago representa por encima de todo la cantera del Baskonia. Lo que más recuerdo cuando jugaba era su sonrisa. Me encantaba su fuerza y el sentimiento hacia los colores”, resalta una de las muchas aficionadas con las que el icono brasileño se fotografió.
A Izaskun Mardones, por su parte, se le iluminaron los ojos cuando se acercó al mostrador donde Splitter permaneció durante dos largas horas para hacer felices a muchos baskonistas. “Era muy joven cuando le vi jugar, pero es uno de los grandes de la historia del Baskonia. Era muy fan de él. Lo más parecido que hay ahora en el equipo en cuanto a sentido de pertenencia es Tadas Sedekerskis”, admite.
El brasileño ni siquiera acusó el clásico 'jet lag' tras el vuelo transoceánico que le dejó en Vitoria el sábado por la mañana procedente de Houston. Más le vale porque este domingo se presume otro día de muchas emociones en el Buesa, donde recibirá un homenaje a la altura de la ascendencia que tuvo en el Baskonia.