Una, dos y hasta tres oportunidades para anotar en una misma jugada. Al final, tanto iba el cántaro a la fuente que se acababa rompiendo, en este caso entrando la pelotita en la canasta del Baskonia. Unas concesiones que se pagaron y muy caro. De hecho, el rebote ofensivo fue decisivo para decantar la balanza para el conjunto andaluz.
Las estadísticas así lo confirman. El conjunto costasoleño capturó la friolera de 18 rechaces en ataque, la gran mayoría en el tramo final del partido. Ocho llegaron en el tercer cuarto y otros cuatro en el último periodo, algo que pesó como una losa para un Baskonia sobresaliente en los primeros 28 minutos.
Así fue. La tropa de Ivanovic sometió al cuadro malagueño a base de un acierto estratosférico desde la larga distancia. Buena prueba de ello es lo sucedido en un primer cuarto de ensueño en el que el conjunto azulgrana anotó la friolera de 9/12 (75%) en triples, sin que apareciera en escena un Markus Howard que no lograría anotar sus primeros dos puntos hasta el minuto 26.
¡35 puntos en el primer cuarto!
Tadas (3/4), Costello (2/2), Marinkovic (2/2), Dani Díez (1/1), Raieste (1/1) fueron los artífices de ese asombroso acierto. Los únicos lunares en el lanzamiento llegaron con los fallos de Miller-McIntyre y Rogkavopoulos, que erraron en su único intento desde los 6,75 metros.
Con ese porcentaje de acierto, unido a un 80% en tiros de 2 (4/5), no es de extrañar que el Baskonia anotara la friolera de 35 puntos en el primer cuarto.
Sin embargo, Unicaja seguía vivo en el partido. Al acecho. Haciendo la goma ante un Baskonia que a medida que iban pasando los minutos se le encogía más el aro, era incapaz de cerrar el suyo propio y carecía de la lucidez necesaria para realizar un juego fluido y mover el balón con precisión a sus tiradores.
Bulo arbitral a Alberto Díaz
Y todo ello aderezado de un arbitraje demencial que castigó al equipo de Ivanovic con tres antideportivas en momentos claves y, además, permitió a Alberto Díaz lo que no está en los escritos en la defensa a Markus Howard.
El killer norteamericano, fuera de sus casillas, recibió una técnica después de que un balón golpeara en el pie del base malagueño y luego acabaría eliminado por las cinco faltas tras fallar un triple que pudo dar paso a una prórroga en el Carpena.
21-2 en 8:20 y 9 pérdidas
Las baterías se fueron gastando poco a poco hasta llegar un tremendo apagón justo después de un triple de Rogkavopoulos a falta de 2:25 para el final del tercer cuarto que colocó un más que esperanzador 60-71. Sin embargo, al Baskonis se le fundieron los plomos a continuación.
Fundido a negro durante más de ocho minutos horribles. Varias antideportivas, de nuevo concesiones en el rebote y alguna pérdida tonta –9 llegó a cometer el Baskonia en el último cuarto– permitieron a Unicaja tomar la delantera tras lograr un escandaloso parcial de 21-2 en 8:20 que dejó el duelo muy favorable para un anfitrión más fresco de piernas y con una rotación larguísima (81-73).
La sangría en el rebote hizo mucho daño al Baskonia. Muchísimo. Ni el soberbio partido de Costello con 24 puntos, 20 de ellos al descanso, ni de Tadas, 16, de los cuales 11 también llegaron en la primera mitad, fueron suficientes para salir vivos de la caldera del Martín Carpena.
Tras el arreón final por la irrupción a última hora de Howard –13 puntos en el último cuarto–, el Baskonia pudo soñar con un triunfo épico. No fue posible. Acabó ahogado en la orilla.