Aprovechando su presencia en Bolonia, Piti Hurtado ha escrito un interesante artículo de opinión sobre la intachable trayectoria continental del Baskonia, recordando su primera final de Euroliga ante la Kinder en 2001, el carácter que abandera al club azulgrana, su evolución durante esta temporada y el partido de este viernes ante la Virtus.
"La primera temporada de la Euroliga moderna, de la que tanto cimiento fue y es gracias al Baskonia, acabó en un 5º partido en Bolonia. La Kinder pasándolo más que mal conseguía ganar a un TAU Vitoria que llevó la iniciativa desde el primer partido del 'play off' final. En solo seis días se cumplen 23 (el dorsal de Toko en Vitoria) años de aquella primera sorpresa que llevaría a alargar la serie a la máxima pasión y que pondría al super equipo de Ettore Messina contra las cuerdas. De hecho, si se hubiera jugado la final a un solo partido, los baskonistas hubieran levantado el trofeo más importante del continente. Pero fue el único año que se jugó al primero que ganara tres duelos.
Les contaré un secreto, el entrenador italiano, sobrepasado por aquella escuadra gasteiztarra capitaneada por “Benito”, Foirest, Alexander y el dúo Scola-Oberto, buscó detalles tácticos en la temporada. En concreto, algún partido donde el TAU no hubiera estado brillante y encontró los cuartos de final de la Copa del Rey de Málaga, donde mi Cáceres (yo estaba en ese cuerpo técnico) tuvo el día y tuvo el acierto de ganar al equipo de Dusko Ivanovic. También es más sencillo tirar de estrategia cuando en tu lujoso vestuario están Ginobili, Jaric o Rigaudeau en su “prime” y el resto de las estrellas de aquel equipazo.
Perder para un carácter ganador siempre es doloroso, pero aquella temporada sin títulos estableció el inicio de la década triunfadora del baskonismo. Saber convertir ese dolor en trabajo ambicioso y continuo es parte de la esencia. Desde el 2001 a 2010 todo fue competir en las tres grandes competiciones ganando o quedándose muy cerca. La Copa del 99 y la final contra Bolonia fueron el inicio.
Siempre en la cercanía de la innovación de las competiciones, se estrena el torneo play-in en la Euroliga y los colores azulgranas de Baskonia serán de esa partida también. Es importante ganar a la Virtus este viernes para tener el mejor puesto posible. Hacerlo empataría a victorias el récord del club de la carretera de Zurbano con su mismo balance que la temporada pasada. Pero este año se ha competido mejor fuera de casa, con una dirección de juego nueva y reformándose continuamente en la posición de base suplente. Con lo que eso implica a nivel de identidad. Un nuevo acierto la llegada de un Codi Miller-McyIntyre rookie en Euroliga a sus 29 años a un aullido de la treintena. Nadie antes que la Oficina de Alfredo Salazar se había atrevido a ponerle un contrato Euroliga delante sus colmillos.
El liderazgo anotador de Markus Howard en Europa y en Liga Endesa ha significado que el estilo de las dos últimas temporadas lleve a Baskonia a ser uno de los tres equipos continentales de más posesiones por partido. Moneke es el jugador que más puntos anota en contragolpe de toda la Euroliga. Llevo casi una década comentando la máxima competición continental y queriendo que Baskonia clasifique lo mejor posible –es evidente que es un deseo interesado, así podré trabajar en mejores partidos y además tengo grandes amigos baskonistas– y digo con convencimiento que estos dos últimos cursos se acercan mucho a lo que vivimos con Darius Adams y Make James, un caos controlado (no siempre) y un control ganador cuando la defensa y la presión en línea de pase que diseña Dusko Ivanovic es más escuchada por los jugadores. Es más divertido si tu balance es ganador. Igualmente es atractivo explicar a un equipo que cree tanto en el ritmo.
Vuelve Bolonia a ser el final y principio. Postre de una fase regular que llevará a la postemporada. La Virtus, un equipo que optó por quemar sus naves físicas muy al principio de la competición para darle sentido al cambio de entrenador, llega muy justo con seis derrotas consecutivas. Plantilla larga y veterana donde la pizarra la ganó Belinelli (recordemos, en el partido de ida apuñaló desde el principio la canasta vitoriana y se sintió joven de nuevo). No solo ellos, también mucho proyecto y presupuesto en la idea de tantos clubes neoemergentes, conseguir una licencia de largo recorrido en Euroliga. Por eso el partido de este viernes es apasionante, te clasifica mejor para la semana que viene y quien salga vencedor de entonces también se posiciona para todas las conversaciones futuras en el máximo nivel europeo.
La salida de los clubes rusos restó fría magnificencia y marcialidad poco sonora, la llegada de los clubes serbios, de la Virtus, la subida tremenda de dineros y aspiraciones de Panathinaikos aporta colorido, estruendo en las gradas y más competencia. También menos rigor fiscal. Escenarios complejos pero las dificultades son parte de la edificación de ese carácter que no cesa de reinventarse. No soy experto al no haberlo vivido desde dentro, pero hice un grado de cuatro años sentado al lado de la “Voz del Baskonismo”. Poca queja, mirada dura, palabra dispuesta y ayudarse para remar más fuerte. Eso me enseñó Rafa Muntion.
Llevo dos días en Bolonia, Movistar+ quería darle importancia y personalizar a este encuentro antesala del novísimo 'play in'. Nosotros encantados de seguir de cerca a los pupilos de Dusko y el club local trata de concienciar a su afición de que es un partido más importante de lo que parece. Temen al Baskonia. La afición no ha agotado el papel aún, como en otros partidos, pero habrá ambientazo.
El Plan Bolonia pasa por ver brillar a Costello y/o a Kotsar contra un equipo italiano que se desangra en la 'pintura', sentir el alma de Tadas y de Dani Díez cuando los balones divididos requieran de su sangre, decir en alto los apellidos de Rogkavopoulos, Chiozza o Theodore porque eso significará que han dado minutos de calidad en su rotación. El Plan Bolonia es lo de hoy que lleva a la semana que viene, es 2001 pero al revés y es volver a competir cada noche. Como entonces, como siempre"