Josean Querejeta fue protagonista este sábado en Movistar+ en el espacio 'Uno contra uno' presentado por Fran Hermoso.
El presidente del Baskonia, que últimamente no se prodiga en exceso en los medios de comunicación para conceder entrevistas, hizo un exhaustivo repaso a sus 35 años al frente del Baskonia, cuyas riendas asumió en 1988 al poco de poner fin a su etapa como jugador y a quien ha convertido en uno de los grandes del Viejo Continente con un modelo de gestión reconocido tras ser uno de los socios fundadores de la Euroliga.
El de Lazkao dejó entrever con claridad que aún tiene cuerda para rato al frente de un Baskonia al que ha hecho evolucionar de forma notable durante las últimas décadas dentro y fuera de las canchas.
“Mientras tenga el derecho a entretenerme y siga adelante con mi pasión, continuaré”, confirmó Querejeta, a quien le quedan “muchos proyectos por delante” para ser desarrollados tanto al frente del club azulgrana como del Deportivo Alavés.
Cuestionado sobre su grado de popularidad en Vitoria y las críticas de una parte de las aficiones de ambos equipos a su gestión, no se anduvo por las ramas.
"Hay una parte en la que se generan cosas que no me interesan y no voy a participar. Cuando tengo una idea, soy cabezón y lo intento sacar adelante. La gente sabe dónde estamos y el esfuerzo por mantener a los dos equipos en la élite"
“En general, noto el cariño de la gente. Yo me abstraigo de muchas cosas, no tengo interés en las redes sociales. Hay una parte en la que se generan cosas que no me interesan y no voy a participar. Cuando tengo una idea, soy cabezón y lo intento sacar adelante. La gente sabe dónde estamos y el esfuerzo por mantener a los dos equipos en la élite”, subrayó el presidente azulgrana.
Entre otros temas, Querejeta habló sobre la meteórica evolución del Baskonia desde su transformación en sociedad anónima deportiva.
“Siempre pensaba y pienso que para poder competir contra equipos económicamente más potentes, hay que hacer cosas diferentes”, argumentó el dirigente. En este sentido, enumeró como siempre la incesante búsqueda de promesas emprendida por Alfredo Salazar en Argentina, el farragoso pleito ganado sobre los comunitarios B para que estos pudiesen tener los mismos derechos que los restantes jugadores de la Unión Europea o las sucesivas ampliaciones del Buesa Arena hasta las más de 15.500 butacas actuales.
También dejó claro que el baloncestista por el que más devoción ha sentido desde su llegada a la presidencia es Luis Scola, actual CEO del Varese. “Sería injusto si dijera un jugador, pero siempre he tenido debilidad por él. La NBA fue injusta con él, quería jugar allí y no se lo llevaban hasta que un día volviendo de una Asamblea de la ACB en Barcelona me dijo que se marchaba”, rememoró Querejeta.
Su relación con Dusko
El máximo mandatario azulgrana habló de su estrecha relación con Ivanovic, a quien ha recurrido ya en cuatro ocasiones para dirigir al equipo. “Ya no hablo mucho con Dusko. En la primera época sí que hablaba con él todos los días, pero entonces tenía en mi cabeza menos cosas de las que tengo ahora”, explicó Querejeta.
En su opinión, “Ivanovic es el entrenador más importante que ha tenido el club en su historia, sin ninguna duda”, y también sacó a la palestra los motivos por los que nunca duda en recurrir a sus servicios.
“Con él se suman todos los valores que queremos transmitir y todo lo que queremos ser como club. Cada euro que tenemos que generar o cada cosa que queremos conseguir supone un esfuerzo importante para nosotros, y en lo deportivo sucede lo mismo. Esa mentalidad de esfuerzo que tiene Dusko conjuga perfectamente con la mentalidad del club”, argumentó el presidente.
Ni siquiera las dos destituciones vividas por el de Bijelo Polje han alterado lo más mínimo “una relación de máximo respeto” entre ambas partes.
“Cuando ha llegado un momento en que él tenía una opción mejor como el Barcelona, se marchó. Y cuando nosotros pensamos que había que hacer un cambio de técnico porque veíamos que las cosas no funcionaban bien, lo hemos hecho. Nos hemos respetado siempre. Nunca un técnico comparte los argumentos del club para cesarle, pero él me conoce y sabe que no es una decisión fácil para mí. Nos unen aspectos deportivos y de amistad”, aclaró Querejeta.
Distancias con el jugador
El presidente del Baskonia no se escondió a la hora de afirmar que en alguna ocasión ha despedido a un entrenador con independencia de sus buenos resultados después de que el vestuario se le fuera de las manos. “Tú conoces perfectamente cuál es la situación del equipo, el vestuario, las relaciones con los jugadores... Lo que pasa es que muchas veces no puedes trasladar esos argumentos públicamente. Muchas veces estamos en una situación de indefensión”, precisó.
Entre otros aspectos de su filosofía, Querejeta hizo hincapié en que “me gusta siempre mantener las distancias con el jugador”, a quien siempre reclama un alto grado de profesionalidad y disciplina. “Este debe tener muy claros sus límites y que todas las decisiones son del entrenador y que no se le puede pasar por encima, al menos en este club”.
Del mediático fichaje de Lamar Odom en febrero de 2014, admitió que “deportivamente fue un fiasco, pero sí una gran operación de marketing porque estuvimos en las primeras páginas de los medios y hubo una expectación terrible”.
También se refirió a la falta de jugadores alaveses en el primer equipo del Baskonia, donde acaba de debutar su hijo Joseba en la ACB en el partido ante el Andorra.
"Yo voy por la calle y soy de los más altos de Vitoria. Me gustaría que hubiera algún jugador vitoriano en el primer equipo, pero quiero competir. Si jugara con gente de aquí, a lo sumo estaríamos en LEB Plata"
“Estamos en un territorio pequeño con solo 300.000 habitantes. Hace falta tener unas condiciones físicas importantes; yo voy por la calle y soy de los más altos de Vitoria. Me gustaría que hubiera alguno, pero quiero competir. Si jugara con gente de aquí, a lo sumo estaríamos en LEB Plata”, alertó Querejeta, quien por último confirmó la existencia de una oferta en su día por parte de Florentino Pérez para dirigir la sección de baloncesto del Real Madrid.
“Hubiese sido un placer y habría aprendido cosas, pero por entonces ya era propietario de un equipo y lo quería sacar adelante”, concluyó.