El enfrentamiento entre los hermanos Howard había acaparado toda la atención en las horas previas al choque entre el Obradoiro y el Baskonia. Por primera vez, se medían en un partido oficial y lo cierto es que el pulso no decepcionó. Es más, por momentos puso los pelos de punta al personal debido al salvaje intercambio de canastas que protagonizaron en la fase caliente de la matinal.
El problema para el Baskonia es que Markus salió derrotado y Jordan ganador. El baskonista anotó 33 puntos por únicamente 22 el obradoirista, pero apreciada la fuerza devastadora con la que irrumpió el hermano mayor en la segunda prórroga con 15 puntos –cuatro triples y otro dos más uno– queda claro quién se llevó el gato al agua tras un duelo titánico. En efecto, Jordan acabó con una sonrisa en el rostro y Markus visiblemente decepcionado después de que su incansable esfuerzo anotador desde el inicio del último cuarto resultara estéril.
Ambos coincidieron por primera vez en la pista del Fontes do Sar en la recta final del primer cuarto ya que Moncho Fernández no incluyó a Jordan en el cinco titular tras estar recién salido de una lesión muscular. Ambos se anularon mutuamente durante esa fase demostrando, eso sí, que son dos jugadores cortados por el mismo patrón y con una gestualidad muy parecida.
Vista la forma de superar los bloqueos, manejar el balón y armar el brazo, se diría incluso que son dos clones, si bien es cierto que Jordan carecía haste este domingo de la reputación de Markus.
El exterior baskonista se echó el equipo a la espalda en el último cuarto, momento en que el duelo entró en otra dimensión. Canasta tras canasta, Markus metió al Baskonia en la pelea. Incurrió en alguna pérdida inocente como la que dio paso a la primera prórroga y su selección de tiro resultó en algún momento errática haciendo gala de un pernicioso individualismo, pero la reacción del Baskonia no se habría entendido nunca sin su mágica inspiración que llegó a silenció el bullicioso Fontes do Sar.
Aparece Jordan
Sin embargo, el gran protagonista por desgracia para el equipo vitoriano fue Jordan. Quizá herido en su orgullo por la exhibición de su hermano pequeño, el obradoirista alzó la voz en una segunda prórroga fatídica para los intereses azulgranas. Consumido por el esfuerzo, Miller-McIntyre le tendió una alfombra roja para su lucimiento pasando siempre por detrás los bloqueos y permitiéndole lanzar.
El partido se redujo por momentos al duelo personal entre dos hermanos insaciables y sedientos de gloria. Golpeaba Markus, pero a renglón seguido Jordan respondía con más fuerza hasta conducir al Obradoiro hasta la victoria.
El problema para el Baskonia radicó en que, mientras su gran estrella se jugaba todas las posesiones, los restantes jugadores de Ivanovic se vieron eclipsados de mala manera. Los destellos de Tadas, Miller-McIntyre y Costello, este último muy superado en la zona por Pustovyi, fueron insuficientes.
La cuarta derrota consecutiva de los alaveses en la ACB pone más palos en las ruedas para la conquista del pasaporte copero. Cabe recordar que el equipo de Ivanovic solo tiene cuatro triunfos en su casillero y aún debe enfrentarse hasta el final de la primera vuelta al Real Madrid, Barcelona y Valencia Basket.