Como era previsible, el Baskonia, muy debilitado por las bajas por lesión de Moneke, Diop, Dani Díez y Rogkavopoulos y en un complicado contexto institucional, no fue capaz de asaltar el OAKA e imponerse a una plantilla muy superior en cuanto a talento, experiencia y profundidad. Pese a ello, el cuadro de Joan Peñarroya peleó de principio a fin, dejó todo lo que tenía en la cancha y murió con la cabeza alta pese a terminar con solo cinco jugadores disponibles entre problemas físicos y la eliminación de Costello. Poco más se puede pedir a los jugadores y al técnico, que dieron la cara y defendieron la camiseta cuando la situación invitaba a dejarse llevar.

El Baskonia, que arrancó de inicio con un quinteto formado por Miller-McIntyre, Howard, Raieste, Sedekerskis y Kotsar, entró muy bien al partido, anotando sus dos primeros tiros y mostrándose agresivo en ambos lados de la cancha. De esta manera, el equipo se situó con una primera ventaja de 3-8 aprovechando el desacierto de los locales en el tiro, aunque no tardó Slokas en aparecer con siete puntos y devolver la igualdad al marcador. Pese a ello, siguió compitiendo con garra el Baskonia y encontrando a distintos anotadores incluso con un inverosímil quinteto en el que Peñarroya llegó a juntar a Mannion, Miller-McIntyre, Howard, Marinkovic y Kotsar. Se mantuvieron por delante los azulgranas durante todo el cuarto hasta que Guy con un triple adelantó al Panathinaikos justo al cierre del primer parcial (24-22).

El comienzo del segundo cuarto mantuvo el mismo guión, con rotaciones muy cortas y cambios constantes de Peñarroya para intentar mantener la frescura de sus jugadores. Fue entonces cuando el Panathinaikos comenzó a sacar partido de la fragilidad interior azulgrana por las bajas por lesión de Diop y Moneke. El poderío físico de Lessort y sobre todo la calidad y oportunismo de Mitoglou permitieron al Panathinaikos establecer una ventaja de siete puntos con el 37-30. Marinkovic, muy agresivo en las penetraciones y acertado en el lanzamiento, mantuvo al Baskonia en el partido y Howard tomó su relevo en los últimos minutos de la primera parte, en la que los alaveses, pese a todos los contratiempos y a la complicada situación, dieron una buena imagen y se marcharon al descanso con un 48-43 que aún les daba opciones de pelear por la victoria.

Sin energía al final

Al regreso de vestuarios, el Panathinaikos siguió incidiendo en las grietas interiores azulgranas, atacando constantemente a Kotsar con Lessort y llevando a Howard al poste con Grant, que le sacó la tercera falta personal con aún 18 minutos por disputar. Llegaron los griegos a situarse con una renta de 57-48, pero la defensa local tampoco fue precisamente sólida y Kotsar compensó sus concesiones a Lessort con meritorias acciones ofensivas. De hecho, el Baskonia logró encadenar un parcial de 6-15 igualar el choque con un mate en transición de Costello, pero cuando mejor estaban los azulgranas la desgracia volvió a cebarse con ellos.

Sedekerskis se llevó la mano a la zona isquiotibial tras sentir molestias y Costello también se marchó al banquillo al cometer su cuarta falta en una acción en la que perfectamente se la podían haber señalado a Lessort. El Panathinaikos lo aprovechó para volver a alejarse a siete puntos, que fueron cuatro al final del tercer parcial con un triple sobre la bocina de Mannion (70-66).

Aguantó bien hasta ahí el Baskonia, pero en el último cuarto acusó definitivamente todo el esfuerzo y la acumulación de minutos. Costello fue eliminado a falta de ocho minutos para el final y eso comprimió aún más la rotación, obligando a Sedekerskis a regresar a cancha pese a sus molestias físicas e incluso disputar minutos como pívot. Sin realizar un juego brillante, los locales se valieron de la enorme superioridad por dentro de Lessort y Mitoglou, que con rebotes y puntos dispararon la renta hasta los 13 puntos. Pese a ello, los vitorianos hicieron un último intento que obligó a Ataman a volver a recurrir a los titulares y no dejarse nada en el tintero para ganar a un Baskonia que se dedicó a sobrevivir e incluso perdió a Mannion para el último minuto por dolores en la espalda.

Con esta actitud y todos los jugadores disponibles posiblemente la historia habría sido diferente en Atenas, pero ahora la principal preocupación es llegar a Andorra con piezas y fuerza suficientes para al menos competir.