La incontestable victoria de ayer contra el Bilbao Basket en el Buesa Arena supuso una inyección de moral para el Baskonia y también para muchos de los jugadores que cuajaron actuaciones muy discretas en los primeros dos encuentros de la temporada. Bien por la espectacular respuesta de los aficionados al llenar el pabellón, bien por los minutos que concedió Joan Peñarroya con el duelo ya sentenciado a piezas que estaban contando con menos protagonismo hasta ahora, jugadores como Diop o Rogkavopoulos dieron muestras de lo que pueden ofrecer esta campaña al equipo, Sedekerskis y Marinkovic mostraron más colmillo en ataque e incluso Mannion se soltó con las asistencias en jugadas de bloqueo y continuación en el tramo final.

Sin embargo, hay todavía un jugador al que le está costando alcanzar su mejor nivel en este inicio de temporada: Matt Costello. Visto el rendimiento que ofreció en los dos cursos anteriores en Vitoria, sus bajas prestaciones en el arranque de la campaña no resultan preocupantes y no cabe duda de que tarde o temprano recuperará su mejor nivel y volverá a ser una pieza clave en la rotación, pero de momento le está costando arrancar.

El interior norteamericano, convertido en uno de los pesos pesados del vestuario por veteranía y liderazgo, no está siendo sobre la cancha el mismo capitán general que es fuera, donde se le ha visto en varias ocasiones dar instrucciones y consejos a los nuevos azulgranas. Huérfano de un facilitador como Darius Thompson, no está encontrando la fórmula para anotar con regularidad y se le está notando falto de rodaje en algunas acciones defensivas en las que llega tarde a taponar y en la pelea por el rebote, en la que se está viendo superado por sus parejas de baile.

El pívot de Míchigan ha sido en las dos últimas campañas una navaja suiza capaz de aportar en numerosas facetas de juego como en el rebote, la defensa en el poste, el lanzamiento exterior e incluso en las asistencias con una visión de juego poco común para un jugador de su posición. En estos tres primeros duelos de ACB, sin embargo, se ha limitado a lanzar triples sin demasiado acierto (1/6 desde el perímetro).

Acostumbrado a estar siempre entre los más valorados de la ACB –el curso pasado terminó con 14,5 créditos de media–, es significativo que en Lugo obtuviera 2 de valoración, en Murcia -3 y en el derbi ante el Bilbao Basket un 0. No se vislumbra por ninguna parte el Costello que con su gran campaña 2022-23 suscitó el interés del Maccabi y que estuvo cerca de dejar Vitoria-Gasteiz en verano en busca de un gran contrato.

A la sombra de Moneke

Uno de los principales cambios a los que está teniendo que adaptarse Costello respecto al curso anterior es a asentarse definitivamente en el puesto de ala-pívot. Hace un año empezó la campaña también llamado a ser uno de los cuatros del equipo, pero terminó jugando muchos minutos como pívot en quintetos más pequeños y versátiles por el bajo nivel de Enoch. Ahora, con dos opciones más sólidas como Kotsar y Diop, parece que solo será el hombre más alto en momentos puntuales y deberá centrarse en ser uno de los ala-pívots de Peñarroya.

En ese sentido, su competencia esta temporada es mucho más dura que la pasada, en la que fue la principal opción por delante de un irregular Hommes. Moneke, un auténtico portento físico cuya conexión con la afición azulgrana ha sido instantánea, está erigiéndose desde el principio en uno de los jugadores más importantes del equipo y Costello se está viendo totalmente eclipsado por él. Además, antes era Hommes quien cumplía con la función de cuatro abierto y, al no ser Moneke un tirador con buenos números en el triple, esa responsabilidad recae ahora sobre un Costello que, pese a no tener malos porcentajes, no es un especialista en la faceta.

Moneke fue el mejor baskonista en la victoria contra el Bilbao Basket Alex Larretxi

Ya sea porque necesita adaptarse a un rol menos protagonista o porque se encuentra en proceso de alcanzar su mejor tono físico, el Baskonia aún está a la espera de poder volver a contar con la mejor versión de Costello, que será sin duda necesaria para competir con los mejores equipos del continente. El estreno de Euroliga contra el Real Madrid el próximo viernes puede ser un buen momento para despertar.