El Baskonia vivió durante la tarde-noche del sábado una fiesta memorable en el Opening Game de la temporada en el Buesa Arena. El derbi ante el Bilbao Basket, un encuentro señalado para redimirse del reciente tropiezo liguero en Murcia, reunió a 15.504 espectadores. De hecho, todas las entradas para el primer duelo del curso en casa se vendieron semanas antes del partido en una inequívoca señal de las ganas que respira el baskonismo para afrontar una nueva e ilusionante campaña.

Horas antes de que los protagonistas saltasen al parqué, el estadio de Zurbano fue congregando a miles de seguidores que no se quisieron perder la primera cita del curso en su feudo. Con tal de facilitar el acceso y evitar esperas, el estadio abrió sus puertas a las 16.30 horas y los más tempraneros ocuparon sus butacas con un amplio margen de tiempo. Aficionados de todas las edades acudieron al estadio con la indumentaria del Baskonia y, a medida que se acercaba la presentación del equipo, el Buesa Arena se fue tiñendo del indistinguible color azulgrana.

Espectacular ambiente en el derbi ante el Bilbao Basket Alex Larretxi

Tal y como estaba estipulado en el guión, a las 17.50 horas llegó el turno para la presentación del conjunto capitaneado por Joan Peñarroya. El coliseo de Zurbano se vistió de gala, pues durante la entrada de los jugadores baskonistas, sobre el parqué hubo un espectáculo de acrobacias que dejó sin palabras a los miles de espectadores. Mientras tanto, en el graderío, los asistentes lucieron pulseras led para completar el espectáculo de luces y sonidos. Los decibelios del Buesa Arena se elevaron a unos niveles insospechados. 

Ovación atronadora

Todos los integrantes de la plantilla recibieron una ovación atronadora en su entrada a la cancha. En especial Chima Moneke, un jugador que fruto de su carisma y su atractivo juego ha causado un positivo impacto, de manera inmediata, en la afición baskonista. Además, antes de echar el balón al aire se celebró una impactante haka en las gradas del estadio, lo que propició un ambiente todavía más atronador. 

Markus Howard fue el encargado de poner su sello en la primera canasta del Baskonia. El tirador de Morristown, desde la línea de 6,75 metros, fue el primer anotador para el conjunto de Peñarroya, que comenzó el pulso falto de pulcritud en el lanzamiento de tres. Eso sí, la entrega del norteamericano y la evolución del equipo pronto levantaron de sus asientos a los miles de espectadores congregados en el Buesa Arena.

 Los tiempos muertos también se convirtieron en un impás para mantener el espíritu festivo dentro del feudo baskonista. Las pulseras led se iluminaron al unísono en las jugadas más destacadas y en las interrupciones de ambos técnicos, con las actuaciones del grupo de animación sobre el parqué, el estadio baskonista mantuvo los decibelios en lo más alto.

Durante el descanso llegó la actuación de uno de los platos fuertes del Opening Game de la temporada. Juan Magán, el Rey del electrolatino, ofreció la primera parte de su concierto y la fiesta estuvo más que servida para la afición vitoriana. El artista hizo vibrar a la afición con tres de sus canciones más reconocidas, que se repitieron durante su segundo concierto tras ser aclamadas por el público.

El Baskonia, aventajado en el marcador desde el segundo cuarto, mantuvo su colchón de puntos durante el derbi vasco, donde las más de 15.500 gargantas baskonistas no dejaron de alentar a los suyos en el primer triunfo liguero en casa. Así, con el paso de los minutos, los espectadores se prepararon para el plato final del Opening Game, que no fue otro que un triple concierto de Vicco, Maldita Nerea y Juan Magán. Entre los artistas musicales se le puso el broche de oro a una jornada en la que el Baskonia y su afición demostraron, una vez más, que su comunión se encuentra llamada a regalar muchas alegrías.