El Baskonia salió ayer victorioso de su visita a Badalona, un escenario de infame recuerdo para el conjunto de Zurbano y en el que se tenía que exhibir el puño de hierro de un serio aspirante al liderato. Después de un segundo tiempo en el que los pupilos de Peñarroya incrementaron la dureza física para detener el caudal ofensivo de Tomic, los vitorianos rubricaron un triunfo de oficio y de enorme trascendencia clasificatoria.

Y todo ello gracias a un paso al frente protagonizado por jugadores como Costello y Giedraitis, que impidieron la fluidez de un Joventut cariacontecido ante el rigor azulgrana. El pívot con pasaporte costamarfileño frenó en seco las internadas de Tomic en la pintura, al mismo tiempo en el que Giedraitis se encargó de detener al omnipresente Parra. Sin escatimar esfuerzos bajo el aro, el alero lituano firmó un colosal doble-doble por medio de sus 23 puntos y 10 rebotes. Además, su aportación en ataque fue determinante ya que anotó un afortunado triple contra tablero que le sirvió al Baskonia para afrontar con cierta tranquilidad el desenlace de una contienda de máxima igualdad.

Peñarroya dio con la tecla durante el tiempo de descanso. El Joventut fue el claro dominador de un primer cuarto donde el Baskonia se mostró especialmente endeble en la defensa interior y, por ello, el catalán vio imprescindible reajustar la morfología de su quinteto. Birgander y Tomic generaron una auténtica sangría bajo el aro, pero el técnico catalán encontró en Costello el cinco capaz de secar al croata. El quinteto dispuesto en el segundo tiempo brindó al conjunto vitoriano mayor dureza e intensidad de piernas y, desde ese momento, los de Zurbano pudieron recuperar su ritmo anotador de toda la campaña. 

La apuesta por introducir los centímetros de Giedraitis y Tadas en las alas y a Dani Díez en el cuatro propició una segunda mitad solvente por parte del Baskonia. Un paso al frente más que necesario que, por contra, relegó al banquillo a Hommes e Enoch, dos jugadores que se mostraron lejos de la exigencia demandada por Peñarroya. Díez, pese a no encontrar fortuna en sus dos lanzamientos desde la línea de 6,75 metros, aportó al Baskonia los famosos intangibles en defensa. El madrileño detectó los movimientos del conjunto catalán y no dejó resquicios bajo el aro. De hecho, sumó siete rebotes, cuatro en ataque y otros tantos en defensa.

Howard, a lo suyo

Quien volvió a acudir a su cita particular con la épica y las canastas imposibles fue el killer de Nueva Jersey. Su incandescente pegada permitió al Baskonia certificar un triunfo clave para auparse a lo más alto de la tabla y meter presión al Barcelona antes de medirse al Obradoiro. Pese a no mostrar su precisión habitual desde el triple (3/13), Howard generó numerosos desequilibrios mediante sus entradas a canasta que fueron indetectables para el Joventut. El menudo norteamericano se encuentra en un gran estado de forma para seguir liderando la ofensiva de este Baskonia desatado.