El Baskonia está realizando un curso memorable. A los hombres de Peñarroya no hay quien les frene ni en el campeonato doméstico ni en la máxima competición continental. Anoche, ante un Real Madrid, que aterrizó a la capital alavesa para afrontar un duelo por todo lo alto con el liderato en juego, el cuadro gasteiztarra demostró una vez más que no es casualidad el extraordinario bagaje de victorias que ha logrado desde que comenzó la temporada.

El clásico ante el Real Madrid estaba marcado en el calendario como una prueba de fuego para calibrar las aspiraciones clasificatorias de una escuadra volcánica. Y el Baskonia no falló en la última cita del año. El conjunto blanco, que quiso mermar a los locales a través del poderoso juego interior y la fortaleza física de Tavares, se dio de bruces ante un equipo inmerso en un dulce estado de forma.

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En imágenes: noche de gala en el Buesa Arena para el partido entre Baskonia y Real Madrid

Howard, que descansó hace escasos días ante el Río Breogán con la mirada puesta en la decimosexta jornada de Euroliga, no se quiso perder el partido del mes. Y el killer estadounidense volvió a levantar de sus asientos a los más de 15.500 baskonistas que se congregaron en un feudo que rugió como en sus mejores galas. El pequeño de Morristown fue el máximo anotador de la contienda gracias a sus precisos lanzamientos desde la línea de 6,75 metros y sus imparables penetraciones hacia el aro rival dejaron en la retina baskonista jugadas para el recuerdo. Pura poesía en movimiento.

Quien también se sumó al engranaje baskonista como un auténtico líder fue Giedraitis. El contexto del partido reclamaba a gritos la llegada de un jugador de su pedigrí. El lituano dio un paso al frente en la que fue su mejor actuación de la temporada con anotaciones en momentos clave como cuando el Real Madrid estaba recortando distancias en el marcador.

La inconmensurable actuación gasteiztarra se sostuvo, también, por la aportación de varios actores secundarios. Hommes y Costello brindaron al cuadro de Zurbano una balsámica precisión de cirujano desde la línea de tres y su esfuerzo en tareas defensivas fue determinante para frenar el arreón madridista del segundo tiempo.

MOTIVOS PARA SOÑAR

Más allá de que anoche los focos apuntasen a Howard y Giedraitis, la realidad es que en el Baskonia de Joan Peñarroya todos los hombres suman. Los baskonistas han recuperado la ilusión gracias a un plantel que contagia su espíritu competitivo en cada contienda y que, además, está sobrado de talento. Así las cosas, el conjunto de Zurbano cierra el 2022 de la mejor forma posible tras rubricar la undécima victoria en Euroliga y afianzarse en el liderato.