“La buena noticia es que hemos ganado”. La primera frase de Joan Peñarroya en la rueda de prensa no pudo ser más explícita para explicar lo que había sucedido en un tarde angustiosa.

“Evidentemente no hemos estado bien y no hubiese sido extraño perder. Es difícil jugar tras un día como el del Maccabi, siempre cuesta. Esos 91 puntos recibidos en los 40 minutos son muchos. Hemos estado faltos de la tensión necesaria para controlar el partido y hemos cometido errores de concentración”, lamentó el catalán.

La facilidad con la que Hill, Johnson y, sobre todo, Tsalmpouris vieron el aro azulgrana encrespó al preparador azulgrana. “Nos ha faltado de todo. Nos hemos metido en un problemón por no hacer bien las cosas en el apartado defensivo. Hemos concedido demasiadas situaciones sencillas al rival”, insistió Peñarroya, consciente de que los tiros libres de Howard dieron “oxígeno” al Baskonia en el tiempo suplementario.

También explicó que su obligación como entrenador es “controlar las cargas de algunos jugadores” –en alusión a la ausencia de Thompson o los pocos minutos de un Hommes con molestias en una rodilla– y dejó claro que “no hemos tenido la energía de otros días”.

Peñarroya lanzó un dardo a sus jugadores para que recuperen la humildad en los próximos compromisos, empezando por el de este viernes en el OAKA ante un Panathinaikos herido.

“Si nos lo creemos puede pasar como hoy. Puedes perder contra cualquiera. Cuando nos creemos los más guapos, nos falta algo para seguir con la dinámica de victorias. Intentaremos mejorar”, finalizó el entrenador del Baskonia, que no quiere lanzar las campanas al vuelo con el billete para la Copa.