El Baskonia de Joan Peñarroya logró en la Fonteta su primer triunfo del periplo continental merced a su sobriedad, solidez en ambos aros y, sobre todo, gracias a una pareja de baile formada por Kotsar y Thompson que desarmó por completo al Valencia Basket, especialmente en una primera mitad donde el base se fue hasta las 8 asistencias y el pívot totalizó 15 puntos y 7 rebotes.

Una pareja imparable

Estos dos nuevos rostros del renovado proyecto azulgrana se encargaron de comandar el solvente ataque de un Baskonia que antes de comenzar el choque ante el Valencia Basket tuvo que afrontar un inesperado contratiempo con la baja de Enoch por un esguince de tobillo. Una pieza clave del juego interior y que, a raíz de su ausencia, disminuyó el número de efectivos en la rotación de Peñarroya.

Cuando todos los focos apuntaban a Kotsar para que diera un paso al frente y la pérdida del armenio no se notara, la realidad es que el estonio no defraudó. En su primer partido de Euroliga, el poste azulgrana debutó con una sobresaliente valoración de 31 puntos y fue un jugador diferencial que hizo daño a todos los interiores que Mumbrú puso en liza para frenarle. Además de su inteligencia en las finalizaciones y saber colocarse en la zona para aprovechar la excelsa visión de juego de Thompson, Kotsar frenó a la perfección el consabido poderío físico de Rivero, Alexander y Dubljevic, sus experimentadas parejas de baile.

Más allá de la aportación en defensa del estonio y su buena predisposición para el rebote, la excelsa actuación del báltico se extrapoló en una gran medida al ataque. Pese a que sus finalizaciones con la mano izquierda resultaron poco ortodoxas, Kotsar dejó claro que es un pívot a la vieja usanza capaz de moverse a la perfección en el barro de la zona. Pese a su corpulencia, también paseó su movilidad y un sexto sentido para sumar infinidad de canastas. Para adornar su estadística, Kotsar consiguió cuatro asistencias gracias a su inteligente lectura del partido. Imposible pedir más a un jugador que, cabe recordarlo, ayer vivía su bautismo en la Euroliga.

Ahora bien, Darius Thompson también asumió galones en su estreno en la máxima competición continental. Junto a Kotsar conformó una dupla imparable para la defensa de Mumbrú, desesperado ante la conexión de la pareja azulgrana. El base norteamericano, de hecho, hizo jugar al resto de los compañeros de una forma fluida y destapó su condición de asistente de lujo con una serenidad conmovedora al frente del timón. Además de sus 8 puntos y 11 asistencias, otro dato sintomático es que tuvo cero pérdidas, lo cual le da más valor si cabe a su pletórica actuación.

Giedraitis renace

La tercera pata sobre la que el Baskonia cimentó el triunfo en la Fuente de San Luis fue el alero lituano, que se sumó a la particular fiesta del pívot estonio y del base norteamericano para dar la puntilla en los compases finales al anfitrión taronja.