El Valencia Basket volverá a ser el rival del Baskonia en la primera ronda del play off. El conjunto azulgrana no fue capaz de poner la guinda a todo lo conseguido en las últimas jornadas y se llevó un golpe durísimo al caer en su casa contra el Joventut, en un duelo en el que el corazón pesó más que la cabeza y terminó desquiciado.

Los vitorianos, con Fontecchio de regreso al quinteto inicial tras haberse perdido la visita a Tenerife por un problema dorsolumbar y con la baja de última hora de Marinkovic por gastroenteritis, comenzaron el encuentro bien plantados, con mayor actividad que su rival, lo cual le llevó a colocarse 9-2 arriba al poco de comenzar. El tiempo muerto de Carles Duran, sin embargo, surtió efecto y el Joventut despertó, imprimiendo a su juego una intensidad acorde con la relevancia del encuentro. Aparecieron Willis y Tomic bajo los aros, los lanzamientos exteriores empezaron a entrar y los catalanes encadenaron un parcial de 0-11 que les permitió cerrar el cuarto con un marcador de 16-21 que sembraba incertidumbre en el conjunto azulgrana, incapaz de encontrar puntos en su banquillo.

El inicio del segundo cuarto no cambió las cosas. Willis y Ribas castigaron desde el perímetro y estiraron el parcial hasta el 2-17, logrando así una ventaja de nueve puntos. El regreso de los titulares, por fortuna, detuvo la sangría y equilibró la balanza. Los de Spahija se mostraron más agresivos y comenzaron a atacar el aro rival, encontrando al fin en Costello un jugador capaz de anotar puntos desde el banquillo. La mejoría en ataque, sin embargo, no solucionó los agujeros defensivos, y tampoco ayudó la frustración de los jugadores baskonistas con el arbitraje, que derivó en una falta técnica a Baldwin, la tercera personal del norteamericano. Así las cosas, a pesar de que los locales llegaron a situarse a cuatro puntos, el conjunto dirigido por Carles Duran se logró marchar al descanso con una ventaja de dobles dígitos (37-47).

EXHIBICIÓN DE TOMIC Y RIBAS

Al regreso de vestuarios, con Granger supliendo a Baldwin por la acumulación de faltas del estadounidense, los gasteiztarras lograron acercarse en el electrónico gracias al acierto exterior de Fontecchio, Giedraitis y Peters, pero, una vez más, los despistes defensivos impidieron a los azulgranas ponerse por delante. Los experimentados Ribas y Tomic, curtidos en mil batallas, sacaron petróleo de cada error azulgrana, mientras los colegiados seguían sacando de quicio a los jugadores, en esta ocasión a Peters con otra falta técnica por protestar una falta que le señalaron en un robo que parecía limpio. Al final, con todos estos contratiempos, una antideportiva señalada a Giedraitis y a pesar de llegar a reducir la desventaja a solo dos puntos con el 53-55, el Joventut logró salir prácticamente ileso del tercer cuarto y llegar al último y decisivo con un colchón de ocho tantos.

Los alaveses necesitaban diez buenos minutos para poder remontar. Granger, que no había estado acertado hasta entonces, dio un paso al frente y a base de forzar faltas y acudir a la línea de personal logró romper el ritmo de los catalanes y acercarse hasta el 71-75 con cuatro tiros libres consecutivos. Sin embargo, al exazulgrana Pau Ribas, el mejor del partido junto a Tomic, no le tembló el pulso y respondió con un triple clave que volvía a generar nerviosismo entre los hombres de Spahija. El temple de los dos veteranos verdinegros contrastó con la precipitación local en esos minutos decisivos. La urgencia y la necesidad de conseguir un triunfo jugaron una mala pasada a los alaveses, que siguieron más centrados en sus protestas (se señaló otra técnica a Costello) y se marcharon definitivamente del encuentro cuando Giedraitis fue expulsado por una segunda antideportiva al agarrar intencionadamente a Parra del brazo.

Los últimos dos minutos no tuvieron más historia y los de Carles Duran se terminaron llevando el triunfo con justicia por 81-89. La gran racha del Baskonia en las últimas semanas para intentar evitar a los cocos del torneo en la primera ronda del play off queda, por lo tanto, en agua de borrajas y deberá medirse al Valencia Basket, su verdugo la pasada temporada, con el factor cancha en contra. Se trata del menor de los males, ya que la derrota del Manresa supone esquivar al Real Madrid, pero es doloroso teniendo en cuenta que con los resultados que se dieron habría valido con ganar de siete puntos para ser cuartos.