Es innegable que el covid-19 ha cambiado el mundo del baloncesto y del deporte en general. Las mascarillas en los pabellones, las limitaciones de aforos o los aplazamientos por brotes en las plantillas se han convertido en un factor con el que los clubes han tenido que lidiar durante los dos últimos años y que formará parte del panorama hasta que se ponga punto y final a la pandemia.

Los contagios por covid-19 se han convertido en un tipo de lesión más, una lesión corta, normalmente leve, pero que aparece por sorpresa, obliga al jugador a aislarse en su domicilio y puede afectar a varios miembros de la plantilla a la vez.

Se trata de un contratiempo al que deben enfrentarse todos los equipos, pero que, por las peculiaridades del virus, la fortuna determina hasta qué punto resulta perjudicial para cada conjunto. Factores como las secuelas de superar el virus, que en algunos casos provoca cansancio o falta de energía en los deportistas, o el momento de la temporada en el que surge el brote -no es lo mismo que aparezca al principio del curso que en el play off-, pueden condicionar totalmente la campaña, y en estos momentos es al Baskonia al que le está tocando sufrir las consecuencias del bicho.

Cuando surgió el brote que paralizó la actividad del equipo durante dos semanas a principios de enero, el cuadro gasteiztarra acababa de conseguir una de las victorias más meritorias de la temporada al haber superado con un contundente 94-75 al Barça en el Buesa Arena.

En el regreso a la actividad, sin embargo, ha caído contra el Real Madrid, el Breogán y el Bayern y solo ha conseguido batir a dos equipos de la parte baja de la ACB como el San Pablo Burgos y el Morabanc Andorra, no sin sufrimiento.

Las consecuencias del covid-19 son claras, aunque no han afectado a todos los jugadores por igual. Mientras algunos están sufriendo para poder recuperar el ritmo anterior al parón, otros han tenido que dar un paso al frente en los últimos cinco partidos para compensar las bajas prestaciones de sus compañeros.

BAJÓN DE ENOCH Y GIEDRAITIS

Los dos jugadores que más han bajado su rendimiento desde el brote de covid-19 son Steven Enoch y Rokas Giedraitis. El pívot norteamericano estaba siendo de los mejores del equipo en el plano ofensivo en los duelos anteriores al parón, pero después no ha logrado recuperar esa facilidad anotadora.

Además, esta sufriendo para capturar rebotes y en defensa se han acrecentado sus problemas para contener a pívots rivales más físicos o intimidar a los exteriores que penetran hacia canasta. Sus números anteriores y posteriores al parón, que compartía el comentarista Natxo Mendaza en Twitter el pasado domingo, son significativos.

Antes del brote, Enoch promediaba 9,4 puntos y 10,6 créditos de valoración por encuentro a pesar de que no tuvo un buen inicio de curso, cifras que han caído hasta los 6,8 puntos y 4,8 de valoración en los últimos cinco choques.

En cuanto a Giedraitis, llamado a ser uno de los jugadores más importantes del equipo, su rendimiento en los últimos compromisos está a años luz de lo que puede ofrecer el lituano. Se ha visto a un Rokas poco participativo, desaparecido en combate a pesar de jugar muchos minutos, y sin ese instinto anotador al que acostumbra.

El alero fue uno de los mejores en la victoria contra el Barça con 20 puntos y un 5/6 en triples, pero no se ha vuelto a ver esa versión de él. Todas sus estadísticas han caído en picado desde el parón. Si antes anotaba 11,8 puntos, recogía 4 rebotes y repartía 1,4 asistencias para 13,4 créditos de valoración, en enero sus registros son de 5,8 puntos, 1,4 rebotes, 0,8 asistencias y 4,2 de valoración.

El otro alero de la plantilla, Simone Fontecchio, también ha empeorado sus números, aunque en este caso el descenso no ha sido tan grande. Hasta el parón el italiano promediaba 10,9 puntos, 3,9 rebotes, 1,9 asistencias y 11,2 de valoración, cifras que han descendido hasta 7,6 puntos, 3,6 rebotes, 1 asistencia y 5,6 de valoración.

La gran diferencia reside en su acierto desde el perímetro, con solo un 23,8% de efectividad frente al 40,3% anterior. En su caso, será cuestión de tiempo que recupere confianza en su tiro y vuelva a sus números habituales.

Peor parado ha salido Marinkovic, que ni siquiera ha podido volver a disputar un partido oficial desde que superó la enfermedad. Según indicó Spahija en su anterior comparecencia, el serbio ha perdido peso y está trabajando para poder volver a estar en condiciones de jugar.

PASO AL FRENTE DE COSTELLO

El resto de jugadores se han mantenido en sus cifras habituales, aunque ha habido dos que han ganado protagonismo y se han echado el equipo a la espalda para subir la cuesta de enero. Uno de ellos es Matt Costello, gran responsable de la victoria contra el San Pablo Burgos el pasado domingo. Ha sido el pívot más consistente y ha compensado el bajón de Enoch con un incremento en su protagonismo.

Antes del brote registraba 8,3 puntos, 4,4 rebotes, 0,9 asistencias y 8,7 de valoración de media, cifras que en algunos casos ha duplicado, ya que en los últimos cinco duelos promedia 12,4 tantos, 6,6 rebotes, 2 asistencias y 15,6 de valoración.

El caso de Baldwin es similar, ya que el base ha dado un paso el frente y ha promediado 17,4 puntos, 4,6 asistencias, 3 rebotes y 20,2 créditos de valoración en los últimos tres partidos, mientras que hasta el parón registraba 12,1 puntos, 2,9 asistencias, 3,2 rebotes y 10,6 de valoración. En su caso, la mejoría ya se estaba dando desde la llegada de Spahija al equipo, pero que su progresión no se haya frenado es una buena noticia.

Lo que está claro es que el Baskonia necesita que jugadores clave como Enoch, Giedraitis y Fontecchio recuperen su nivel habitual para que el equipo rinda al nivel que se espera de él, al igual que habrá que estar pendientes de las condiciones en las que Kurucs y Alec Peters, últimos contagiados, se reincorporan al grupo.

Steven Enoch.

-Promedios antes del parón: 9,4 puntos, 4,8 rebotes, 0,7 asistencias y 10,6 de valoración.

-Tras el parón: 6,8 puntos, 5 rebotes, 0,6 asistencias y 4,8 de valoración.

Rokas Giedraitis.

-Antes del parón: 11,8 puntos, 4 rebotes, 1,4 asistencias y 13,4 de valoración.

-Tras el parón: 5,8 puntos, 1,4 rebotes, 0,8 asistencias y 4,2 de valoración.

Simone Fontecchio.

-Antes del parón: 10,9 puntos, 3,9 rebotes, 1,9 asistencias y 11,2 de valoración.

-Tras el parón: 7,6 puntos, 3,6 rebotes, 1 asistencia y 5,6 de valoración.

Giedraitis completó uno de sus mejores partidos contra el Barça antes del parón, pero ha desaparecido desde entonces

En algunos casos el covid-19 ha hecho mella en el tono físico, mientras que otros han perdido el ritmo que da la competición