Facundo Garcés y, por ende, el Deportivo Alavés, deberán armarse de paciencia, en concreto cerca de dos semanas más, para conocer el desenlace del turbio asunto relacionado con su nacionalización por Malasia que le ha costado una durísima sanción en el plano deportivo.
Hasta el día 30 de este mes de octubre no se sabrá si las alegaciones enviadas el pasado 14 por la Federación de dicho país surten efecto o, si por el contrario, el caso queda definitivamente archivado con el castigo de un año sin jugar ningún partido oficial al todavía futbolista del club vitoriano, el gran perjudicado por este grave caso de falsificación documental que ha representado un severo golpe en la línea de flotación.
De no prosperar el recurso, tan solo quedaría ya la vía del TAS como medida casi a la desesperada -solicitando primero la cautelar- para que Garcés pueda retomar su actividad como futbolista en el Glorioso. A Eduardo Coudet se le ha originado un problema mayúsculo con su castigo al quedarse con escasos centrales en su plantilla hasta que abra el mercado de invierno y deberá cruzar los dedos para que Tenaglia y Pacheco no sufran ningún contratiempo.
La FIFA ya ha reconocido abiertamente en su sentencia que el abuelo de Garcés no es de origen malayo y sí argentino, por lo que pintan bastos respecto al futuro deportivo a corto plazo de un central al que se le notificó la sanción el pasado 26 de septiembre, justo un día antes del partido disputado por el Alavés en Mallorca.
Una víctima en Malasia
Mientras el caso se resuelve en uno u otro sentido, el caso ya tiene una víctima dentro de la Federación malasia de fútbol. El ente federativo ha comunicado en las últimas horas el cese irrevocable del secretario general, Datuk Noor Azman Rahmaan. Se trata de la primera medida puesta en práctica por el organismo malasio para intentar solucionar la inactividad de doce meses sin competir de Garcés y otros seis futbolistas (Gabriel Arrocha, Rodrigo Holgado, Imanol Machuca, Joao Figueiredo, Jon Irazabal y Héctor Hevel).
El vicepresidente de la Federación malasia ya ha deslizado que se formará un comité para evitar que un episodio de este calado vuelva a suceder en el futuro.
El caso estalló a raíz del encuentro que el combinado malayo disputó frente a Vietnam el pasado 10 de junio, en la tercera ronda de clasificación para la Copa Asiática de 2027. Garcés fue uno de los futbolistas alineados en aquel partido pese a que “no cumplía con los criterios de elegibilidad”.
La denuncia presentada posteriormente forzó a la FIFA a abrir el expediente y, tras la sanción de un año sin jugar, el Alavés tomó la determinación de apartar al futbolista a la espera de que se resuelve el proceso abierto.
El comité de apelación al que se agarra Garcés para que esta pesadilla llegue a su fin no suele ir a contracorriente de lo que dicta la FIFA, pero será finalmente el encargado de confirmar, modificar o suprimir la sanción al argentino.