El Baskonia ha dado una de las sorpresas en los octavos de final del Campeonato de España júnior que se celebra desde hace días en Granada al imponerse esta mañana al Baloncesto Torrelodones A por 67-75, avanzar a cuartos y convertirse, por lo tanto, en uno de los ocho mejores equipos de España de su categoría. Un éxito indudable que pone de relieve el buen trabajo del club azulgrana en sus categorías inferiores.

El equipo dirigido por Miguel Ángel Hoyo arrancó el torneo con bastantes dudas al cosechar sendas derrotas ante el Real Madrid y el Manresa que comprometían su presencia en la segunda fase, pero se ha rehecho de forma notable superando al Casablanca en el cierre de la ronda inicial y hoy al conjunto madrileño.

Tras retirarse al descanso tres puntos abajo (44-41), las jóvenes promesas azulgranas reaccionaron a partir del tercer

cuarto. La clave residió en una poderosa defensa que apenas permitió nueve puntos a su rival en dicho intervalo y luego 14 en los diez minutos finales.

El escolta francés Sidy Cissoko acabó como el máximo anotador del Fundación 5+11 con 23 puntos y una carta de tiro de 7 canastas de 16 intentos, añadiendo a su estadística seis rebotes y cinco asistencias. Sin embargo, algo que posibilitó la remontada fue la superioridad del equipo alavés bajo los tableros merced a la solvente labor de Seydina Faye y Pape Sow, un exterior que ayuda mucho en el trabajo subterráneo.

El primero hizo dobles figuras (14 puntos y 12 rebotes), mientras que el segundo finalizó el choque con 11 y 5, respectivamente. Serigne Diakhate, que había sido decisivo en el triunfo que posibilitó el billete baskonista para la ronda de octavos, esta vez se quedó en unos escuálidos cuatro puntos y cinco rebotes.

Sin embargo, el filial azulgrana no se conforma con lo hecho hasta ahora y mañana se jugará su presencia entre los cuatro mejores del Estatal ante el UCAM Murcia, un rival asequible que fue segundo del grupo B tras sucumbir ante el Barcelona. Los pimentoneros dieron buena cuenta del Real Valladolid por 92-81 en un partido donde se encomendaron al primoroso acierto de Juan Carlos Marín (33 puntos) para llevarse el gato al agua.