El Baskonia tenía puesto un ojo esta temporada en Madrid, donde compite uno de los jugadores que ante la extrema dificultad para ganarse los minutos a las órdenes de Dusko Ivanovic debía foguearse en un modesto enclavado en la LEB Oro. Pues bien, el club azulgrana no ha visto del todo satisfechos los objetivos que se marcó cuando optó por ceder a Miguel González al Real Canoe, descendido de categoría desde hace varias jornadas y en el que el rendimiento del alero vallisoletano ha estado por debajo de lo esperado.
Seguro que González, de 22 años y 2,02 metros, confiaba en que tanto a nivel colectivo como individual le fueran mucho mejor las cosas en el colista de la segunda categoría del baloncesto estatal. No ha sido así para desasosiego de un Baskonia que en el verano de 2017 realizó una ambiciosa apuesta por una de las grandes promesas sub-18 del país, al que incorporó procedente del Ciudad de Valladolid con un contrato por siete campañas.
El pucelano está firmando unos números más bien pobres en un conjunto donde prácticamente es el capitán general -también milita en él otro viejo conocido del Buesa Arena como Daniel Clark- debido al elevado volumen de minutos en cada jornada. Apenas 7 puntos, 3,4 rebotes y 1,6 asistencias han adornado su estadística en los 22 encuentros disputados entre la liga regular y la fase de permanencia, de los cuales el Real Canoe tan solo ha ganado cuatro.
Con un presupuesto de únicamente 315.000 euros, el club madrileño ha vivido un ejercicio ciertamente tormentoso. Quizá arrastrado por la inercia negativa de un plantel al que sus extranjeros se incorporaron justo la semana previa al inicio liguero ante los farragosos trámites burocráticos, lo cierto es que Miguel González tampoco ha dispuesto de un entorno muy favorable para el lucimiento en la cuerda exterior.
Sin embargo, su propia autocrítica tampoco debería faltar viendo sus erráticos porcentajes, especialmente desde la línea del 6,75. "Es un jugador que viene de competir poco las últimas temporadas y esto le ha perjudicado. Creemos que tiene talento y queríamos que su adaptación hubiese sido más lenta, pero las lesiones de dos compañeros le obligaron a jugar muchos minutos y asumir un gran protagonismo desde el comienzo", reconoce José Antonio Rey, técnico del Real Canoe, a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
21% en triples
El rendimiento del exterior vallisoletano en tierras madrileñas ha estado mediatizado, sin duda, por su escasa puntería. No en vano, tan solo ha convertido 23 de sus 110 intentos desde más allá de la línea del 6,75. Es decir, menos de 21% de acierto para un jugador que, a falta de acierto, al menos sí ha dejado un grato sabor de boca en las tareas menos vistosas.
"Defensivamente, estamos muy contentos con él. Es un chico que trabaja al 200% y que ha mejorado técnicamente en aspectos donde debía crecer, el principal problema es que no ha metido. La situación del equipo no le ha ayudado y el gran hándicap que ha tenido es que sus porcentajes de tiro han sido muy malos", recalca su actual entrenador.
Siempre se alega en estos casos que los tiradores van por rachas, pero lo cierto es que González nunca ha encontrado la regularidad en un aspecto del juego crítico donde deberá efectuar indudables progresos si quiere competir algún día al más alto nivel en el Baskonia.
Según José Antonio Rey, uno de los atenuantes es que "como su fichaje causó un enorme revuelo, los equipos se centraron mucho en él en defensa al inicio de la temporada y sus tiros no eran liberados" o que, "cuando se han lesionado dos compañeros del perímetro ha tenido partidos de 38 minutos en pista".
Otro hecho que ha llamado poderosamente la atención al preparador del Real Canoe es "la falta de egoísmo" del bisoño alero baskonista, que deberá dar un paso al frente a la hora de asumir más responsabilidad. "Su primera opción no es el tiro. El día que se autoconvenza de que cuando le llegue el balón la primera opción es tratar de anotar, sus porcentajes subirán. Es un jugador de equipo, tiene capacidad para sacrificarse y necesita una evolución a la hora de encontrar su sitio", justifica Rey, consciente eso sí de que "nuestras expectativas eran quizás superiores".
Desde hace cuatro temporadas, Miguel González -con contrato en vigor en Vitoria hasta junio de 2024- ha simultaneado su presencia en el antiguo filial azulgrana de LEB Plata y el primer equipo, donde fue partícipe del sonado éxito en la burbuja de Valencia disputando unos intrascendentes minutos ante el Joventut. Con la elástica baskonista ha disputado un total de 37 partidos, 23 de ACB y 14 de Euroliga, con unos números insignificantes.
El club vitoriano optó el pasado verano por una cesión como parte de su crecimiento y en su lugar hizo hueco en la plantilla a otros canteranos como Sander Raieste, Arturs Kurucs o Tadas Sedekerskis, de momento el único joven que ha derribado la puerta asentándose por méritos propios como un primer espada para Dusko Ivanovic.
De cara al futuro, todo hace indicar que Miguel González volverá a ser cedido a otro lugar. "Lo ideal es que se sienta importante. En el Baskonia tenía un rol secundario pero los jugadores de 20 años necesitan continuidad. Con nosotros es cierto que se ha equivocado en los tiros pero, al menos, ha estado en cancha y esta experiencia le servirá para madurar. Lo fundamental es que consiga la formación necesaria".
"Trabaja al 200% y ha mejorado en aspectos donde debía crecer, pero no ha metido"
"Si se autoconvence de que la primera opción es anotar cuando le llegue el balón, mejorará"
"Con nosotros ha estado muchos minutos en pista y la experiencia le servirá para madurar"
Entrenador del Real Canoe