A medida que transcurren los partidos, la añoranza hacia su figura es cada vez mayor en el seno del Baskonia. Pese a que Tonye Jekiri ha tenido sus lógicos altibajos en una temporada tan cargada de partidos y tampoco es el clásico pívot dotado de unos prodigiosos recursos técnicos para marcar la diferencia en el poste bajo, la sombra del fornido nigeriano está siendo ya demasiado alargada.
Y es que el juego interior azulgrana se encuentra bajo sospecha desde que la granítica roca de Dusko Ivanovic quedara el pasado 21 de marzo fuera de combate en el derbi vasco de Miribilla ante el Bilbao Basket. En aquella desgraciada acción donde su rodilla derecha se vio atropellada por Arnoldas Kulboka en su intento de capturar un rebote ofensivo, el Baskonia perdió para cerca de dos meses a un jugador básico de su engranaje.
El diagnóstico confirmado al día siguiente, en concreto un esguince de grado 2 en el ligamento lateral interno, fue un evidente jarro de agua fría. En parte porque sobrevino en el peor instante posible cuando el conjunto vitoriano atravesaba un óptimo estado de confianza y peleaba de forma denodada en la Euroliga por un puesto en el Top 8, algo que a la postre no ha podido materializarse.
El ex del Asvel Villeurbanne no se ha distinguido a lo largo de estos meses por ser un interior vistoso que firme unas estadísticas de ensueño. Tampoco le sobran los fundamentos en las pocas ocasiones que suele recibir de espaldas al aro, pero Jekiri proporciona unos intangibles que le habían convertido, sin duda alguna, en el cinco de mayor confianza del entrenador montenegrino.
Se trata de un jugador duro y conocedor de los gajes de este oficio, solvente en el rebote, también un gran bloqueador para propiciar tiros liberados de sus compañeros y, ante todo, una figura que impone respeto en la zona sustentado en un privilegiado físico. Y todo ello sin obviar ese aceptable tiro desde cuatro metros o su valiosa movilidad que le permite recuperar hacia atrás cuando sale a defender el pick and roll del rival de turno lejos del aro.
En definitiva, el clásico poste con poco reconocimiento a nivel mediático y sin unos números descollantes pero que, por contra, resultaba de la máxima utilidad a Ivanovic por todo lo que incomoda a sus pares y, sobre todo, por su inestimable ayuda en las labores más sacrificadas.
Además, la pérdida de Jekiri ha empujado definitivamente al de Bijelo Polje a apostar definitivamente por el small ball. Ni Diop, el cinco titular del Baskonia en los últimos tiempos, ni Fall, que continúa sin entrarle por los ojos al de Bijelo Polje, se han destapado como alternativas válidas para disputar los minutos calientes de los partidos. El trío integrado por Polonara, Sedekerskis y Peters acostumbra a acaparar todo el protagonismo en detrimento de dos jugadores que, por diferentes razones, no están sosteniendo el edificio azulgrana con la eficacia esperada.
En los ocho partidos de los que se ha ausentado Jekiri, el balance obtenido por el Baskonia asciende a cuatro victorias y cuatro derrotas. La baja del nigeriano ha permitido a los pívots rivales campar a sus anchas en la pintura en varias fases de los encuentros. Entre los que han aprovechado la coyuntura se ubican Sertac Sanli (Efes), Mike Tobey (Valencia Basket), Augusto Lima (Murcia) o, más recientemente, Ángel Delgado (Estudiantes), cuyo rendimiento habitual ha crecido de forma exponencial ante el Baskonia.
El hecho más positivo es que Ivanovic no debería tardar ya excesivo tiempo en recuperar a su boya, que ha empezado a realizar ejercicios de campo sobre la cancha del Buesa. Si no hay contratiempos, Jekiri podrá reincorporarse al equipo antes de la llegada de las series finales por el título de la ACB y rodarse así de cara a la fase decisiva de la temporada.
De momento, el cinco de Lagos ya ha cumplido cuatro semanas de inactividad, por lo que su reaparición podría producirse el 8 de mayo en la visita del Joventut a Zurbano. Antes de esa fecha, el Baskonia todavía debe verse las caras con el Burgos -este domingo-, el Unicaja -29 de abril- y el GBC -1 de mayo-.
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De ellos, el Baskonia tan solo ha ganado cuatro ante el Armani, el Panathinaikos, el Andorra y el Estudiantes. Por contra, sin su principal bastión interior la escuadra alavesa ha hincado la rodilla frente al Gran Canaria, el Anadolu Efes, el Valencia Basket y el Murcia.
El equipo vitoriano acumula ya varios encuentros en los que sufre horrores para evitar los grandes registros de los interiores rivales