Jayson Granger (Montevideo, 15-09-1989) fue un fichaje importante del Baskonia hace tres temporadas. Llegaba para abrir una nueva etapa en el timón baskonista y se esperaba de él que marcara una época al estilo de los Elmer Bennett o Pablo Prigioni. Fichó procedente del Anadolu Efes con la difícil misión de sustituir a Shane Larkin pero la ilusión solo duró una campaña en la que disputó 34 partidos de Liga promediando 7,6 puntos y 4,3 asistencias.

El idilio se truncó durante los dos siguientes ejercicios, no obstante, debido a las lesiones. Una rotura de ligamentos en un tobillo le limitó su segundo año como baskonista donde apenas pudo disputar 13 partidos. Cuando ya estaba recuperado y con hambre de reverdecer laureles, Granger se rompió aún con mayor virulencia (tendón de Aquiles) en el primer partido de la siguiente temporada.

Lágrimas, mucho trabajo y tesón para retomar el vuelo. Más de seis meses de baja y la sensación de que su carrera estaba creca de finalizar. Sin embargo, el base aún volvió a tiempo para ser partícipe del título de Liga conseguido por el Baskonia en la burbuja de Valencia.

De todos modos, y pese a su recuperación definitiva, el ciclo de tres temporadas había llegado a su fin sin opciones a la ampliación. Mala suerte, básicamente.

Pero la carrera del uruguayo no estaba cerrada. En absoluto. El sabio Aíto García Reneses no pderdió la oportunidad de reclutarle para el Alba Berlín ofreciéndole la opción de competir en el campeón alemán y seguir formando parte de la élite de la Euroliga.

Granger no tardó mucho en aceptar. "Ir a Berlín no ha sido una decisión difícil para mí. Muy pocos pueden imaginar lo duro que he trabajado para mi regreso el año pasado y estoy muy agradecido y ansioso por la próxima temporada".

No le va nada mal. El base ha vuelto a disfrutar sobre la cancha y promedia casi 11 puntos y 8 asistencias por partido en lo que llevamos de Euroliga. En la Liga alemana suma 9 puntos y 6 asistencias por partido. Hay que contar, además, con la motivación extra que puede impulsar a Granger esta noche ante un equipo que le cuidó lo mejor que supo pero al que no pudo corresponder como pretendía.

El partido también será especial para Rokas Giedraitis, hoy baskonista pero que el año pasado militaba en el Alba Berlín. El lituano avisa de que su ex equipo juega sin presión y que siempre intenta aprender y crecer. "Va a ser un partido muy duro para nosotros a pesar de sus bajas", vaticina.

La clave puede estar en frenar sus transiciones "porque ellos siempre quieren jugar rápido después de cada rebote. Cuando yo estaba allí era así y ya hemos visto que ahora siguen igual".