Dusko Ivanovic se ha empeñado en mantener inamovible el mismo quinteto inicial en todos los partidos a pesar de que en los cuatro partidos disputados hasta la fecha en Valencia dicha primera unidad ha ofrecido un rendimiento en esos minutos escaso, lo que ha propiciado arrancar siempre a contrapié. Sucedió contra el Bilbao, se repitió frente al Tenerife, volvió a suceder ante el Barcelona y, una vez más, aconteció de nuevo ante el Unicaja. Henry, Janning -el único capaz de anotar en los primeros minutos, con cinco puntos-, Shields, Shengelia y Eric se mostraron incapaces de superar al Unicaja, pero la aparición de la segunda unidad cambió el escenario por completo y sería determinante en la resolución del partido. No en vano, hasta 40 puntos llegaron desde el banquillo, a los que añadir 54 de los 100 créditos de valoración. Pero si un dato resulta llamativo, sin duda es el apartado del +/-, que detalla la diferencia de puntos con cada jugador en pista. Todo el quinteto inicial acabó en negativo (el mejor parado fue Henry con -6; los peores, Shengelia y Janning, -14), mientras que la segunda unidad al completo lo hizo en positivo (+5 Granger, +7 Diop, +15 Dragic, +16 Polonara y +17 Vildoza), lo que habla bien a las claras de la importancia del quinteto suplente a la hora de amarrar el triunfo.

Con excepción del último duelo contra el Barcelona, en el que se vio penalizado por las faltas, la entrada en cancha de Diop lo cambió todo. Una defensa que estaba siendo superada con facilidad por los malagueños se convirtió de repente en una fortaleza inabordable al tiempo que iban sumándose al pívot los Granger, Vildoza, Dragic y Polonara. Agresividad atrás para generar pérdidas y correr al contraataque. Una sucesión de canastas sencillas y aciertos en el triple le dieron la vuelta por completo al desarrollo del partido entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo, con una renta máxima que alcanzó la quincena de puntos ante un rival superado por semejante despliegue de intensidad.

El Baskonia había conseguido enderezar el partido y ponérselo muy a favor al descanso, pero Ivanovic optó en la salida de los vestuarios por repetir de nuevo su quinteto inicial. Si el colapso en el primer tiempo había sido evidente, en el segundo alcanzó la magnitud de catástrofe. Tras un parcial 0-7 favorable a los malagueños, retiró de una tacada a tres jugadores, pero ni así se detuvo una sangría que se extendió hasta el 0-15 y que permitió a los de Luis Casimiro restañar en apenas cinco minutos todo el estropicio de la primera parte. A partir de ahí, un toma y daca constante, ya con Ivanovic mezclando sus piezas y sin hacer distinciones entre las dos unidades. El protagonismo final, Henry al margen, estuvo en manos de Polonara, decisivo para llevar el partido a la prórroga con una canasta bajo el aro y también resolutivo al forzar una falta y anotar el tiro libre que ató la victoria en el tiempo extra.