vitoria - No es un objetivo sencillo, pero tampoco imposible si el nuevo Baskonia de Semaj Christon y Zoran Dragic da continuidad a los progresos atisbados ante el Asvel Villeurbanne y el Monbus Obradoiro en la semana previa a la celebración de la Copa del Rey en Málaga. Quedan diez finales por delante para intentar obrar el pequeño milagro del Top 8, un objetivo plagado de espinas que aún puede hacerse realidad pese a los numerosos pecados cometidos hasta ahora por un maratoniano azulgrana con el margen de error reducido a la mínima expresión.

Dando por sentado que ya hay seis plazas adjudicadas con total seguridad para Efes, Real Madrid, Barcelona, CSKA, Maccabi y Panathinaikos, tan solo restan dos billetes por asignarse a los que optan un amplio ramillete de candidatos. El Valencia Basket, momentáneamente séptimo, aventaja en tres victorias al Baskonia que, en realidad, son cuatro tras aquel hiriente 105-77 encajado en la Fuente de San Luis que difícilmente podrá ser subsanado en el Buesa Arena en la penúltima jornada. La desventaja respecto al octavo lugar, ocupado actualmente por el Armani Milan y el Fenerbahce, es de dos triunfos. Los turcos ya le han ganado el basket average al cuadro dirigido por Ivanovic, mientras que el 25 de marzo tocará remontar siete puntos a los transalpinos en su visita a la cancha de Zurbano tras el 81-74 de la ida.

Es decir, a poco que los taronjas y dos clásicos de miras elevadas como los pilotados por Ettore Messina y Zeljko Obradovic engorden su casillero con una cadencia regular el desafío será de unas proporciones bíblicas. Un problema añadido es que, entre dichos oponentes y el Baskonia, también se han colado en la pelea un puñado de aspirantes como el Estrella Roja, el Khimki, el Olympiacos o el propio Zalgiris -el forastero de mañana en Vitoria- que todavía se resisten a sacar la bandera blanca de la rendición en una carrera repleta de obstáculos.

Las cuentas para los alaveses están claras. Más vale no pensar más allá del áspero choque ante los lituanos que debería servir para refrendar la mejoría. Cualquier aspiración azulgrana pasará ineludiblemente por rubricar un pleno de triunfos en los seis partidos restantes en el Buesa Arena, muy lejos de ser aquel fortín inexpugnable que ejercía un evidente efecto intimidatorio entre los visitantes. Tras los discípulos de Sarunas Jasikevicius, el Estrella Roja, el Alba, el Armani, el Valencia Basket y el Panathinaikos desfilarán sucesivamente por el coliseo vitoriano.

duros desplazamientos El calendario, por contra, depara trampas envenenadas a domicilio. Y es que de las cuatro salidas pendientes, tres serán de una complejidad extrema resultando muy difícil conseguir algo positivo. El Baskonia necesitará batir sí o sí al decepcionante Bayern Munich en el Audi Dome y tratar de dar alguna sorpresa en escenarios de alta alcurnia como el Sinan Erdem Dome (Efes), el Menora Mivtachim Arena (Maccabi) y el Palau Blaugrana (Barcelona).

Hace tiempo que los de Ergin Ataman ya han metido la directa hacia el primer puesto de la fase regular y puede que no estén muy necesitados de gloria el 20 de marzo cuando los alaveses hagan acto de presencia en Estambul. Sin embargo, todo hace indicar que, coincidiendo con la llegada del Baskonia, israelíes y culés se estarán jugando a buen seguro la valiosa ventaja de campo en el cruce previo a la Final a Cuatro prevista en mayo en Colonia.

Por pura lógica, Valencia y Fenerbahce deberían alcanzar las 16 ó 17 victorias en esta fase regular. Los levantinos deben jugar aún seis partidos en su casa, mientras que el enorme potencial del bloque otomano también permite augurar que no bajará de dicho registro. Números en la mano, el Baskonia podría llegar a necesitar hasta ocho triunfos más con el fin de hacer realidad el objetivo de colarse entre la flor y nata continental por quinta campaña consecutiva. Ahora es cuando más de un seguidor azulgrana maldice aquellas oportunidades de oro que se escaparon, por ejemplo, en las asequibles canchas del Asvel y Zenit o el regalo de Nik Stauskas en el WiZink Center que impidió forzar la prórroga ante el Real Madrid.