Vitoria - Tras la destitución de Velimir Perasovic y el regreso a Vitoria de Dusko Ivanovic, no parece que el Baskonia vaya a detenerse ya a la hora de realizar movimientos con los que tratar de revertir la caída en picado en la que en estos momentos se encuentra el equipo vitoriano. Precisamente, el análisis que de primera mano pueda hacer el propio técnico montenegrino en los entrenamientos de esta semana se presenta como un factor clave para afrontar una remodelación que se espera vaya mucho más allá del simple fichaje de un exterior que llegue para cubrir el hueco que ha dejado la lesión de Patricio Garino. Precisamente, en esa posición se mantiene en compás de espera la opción de Zoran Dragic, aunque en estos momentos el club valora movimientos de mayor envergadura con la salida de algún jugador de los que estaban llamados a ser importantes y no han dado el rendimiento que de ellos se esperaba, lo que conllevaría también alguna otra incorporación de mayor calado aún que la que representa el esloveno.

Más allá de que el club apostase por la rescisión de Perasovic al considerar ya insostenible la situación, lo cierto es que el rendimiento de algunos jugadores lleva ya tiempo bajo sospecha. Especialmente, el de los tres fichajes de mayor renombre que se realizaron durante el pasado verano: Pierria Henry, Nik Stauskas y Micheal Eric.

El base representa la gran decepción en el seno del club en estos momentos, ya que tras un inicio de temporada de buen nivel lleva ya unas cuantas semanas de capa caída y sobre el parqué transmite una sensación de absoluta apatía que contrasta con esa enorme sonrisa que mostraba a su llegada. No es solo una cuestión de baloncesto, sino también de la imagen que ofrece. Los problemas en la dirección de juego son enormes y el rendimiento de Henry está muy lejos de lo esperado -tampoco en la anotación está destacando-, lo que ya ha llevado a la dirección deportiva a sondear alternativas en el mercado. Por ejemplo, en fechas recientes se ha valorado la opción que ya se estudió en verano de incorporar a Keifer Sykes, pero el base se ha decantado por el Armani Milano de Ettore Messina. Una tesitura que podría concluir con su marcha de forma inminente.

El director de juego además ocupa una de las dos plazas de extracomunitario. La otra está en posesión de un Nik Stauskas que también se encuentra lejos de ofrecer el nivel diferencial que de él se esperaba cuando se le incorporó el pasado verano directamente de la NBA. El canadiense, lastrado por una lesión en el arranque del curso -ya entonces se valoró seriamente su continuidad-, está sufriendo para adaptarse al baloncesto europeo -una cuestión habitual para los jugadores que no habían pasado el Viejo Continente con anterioridad- y su clase como tirador solo ha salido a relucir a rachas. Sus problemas defensivos son enormes y físicamente se está viendo superado por el alto nivel de contactos que se permite. En todo caso, su situación no es tan comprometida como la de Henry, ya que se espera que se pueda adaptar bien a las exigencia que Ivanovic propone y también a su juego. Además, en el mercado es bastante complicado encontrar jugadores diferenciales como escoltas y ya se maneja la opción de incorporar un exterior para cubrir la baja de larga duración de Garino, con Zoran Dragic esperando una llamada desde Vitoria.

Quien parece haber cambiado de dinámica tras la llegada de Ivanovic es Eric, una de las tres piezas de una posición de pívot que también ha despertado muchas dudas en el primer tramo del curso, cuestión que condujo al club a pensar en alguna alternativa que aportase mayor calidad dentro de la zona. El nigeriano no había sido capaz de aportar casi nada positivo en todos los meses precedentes, pero en los dos últimos partidos ya con el montenegrino a los mandos ha evidenciado que al menos puede anotar con regularidad si el balón le llega en las inmediaciones del aro.