vitoria - Nada es comparable en el Viejo Continente a una Final Four, el evento por antonomasia del baloncesto europeo, paradigma año tras año de la opulencia de un selecto grupo de dieciséis clubes y que tan solo unos privilegiados pueden vivirla desde sus entrañas. Se trata de un evento consolidado y con varias décadas de vida que siempre depara emociones fuertes y ha acogido momentos inolvidables que todavía perduran en la retina de los buenos aficionados al baloncesto. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha querido explicar algunos de sus entresijos y anécdotas gracias a un mítico periodista serbio (Vladimir Stankovic), otro informador en este caso israelí (Jonathan Regev), un directivo que presidió durante mucho tiempo la Federación Vasca de Baloncesto (Arturo Aguado) y, por último, un antiguo delegado del Baskonia (Patxi Sánchez), presente en las ediciones de Atenas (2007) y Madrid (2008). Todos ellos constituyen voces autorizadas para detallar los singulares encantos de la cita que Vitoria organizará por fin este año tras una denodada lucha por parte de las instituciones locales y del Baskonia con Josean Querejeta a la cabeza.

Son tantas las instantáneas que ha dejado a lo largo de estas décadas la Final a Cuatro que bien merece la pena empezar por lo sucedido en aquella edición de París de 1996, célebre por ser testigo de uno de los mayores escándalos arbitrales de la historia. “Después del tapón de Vrankovic a Montero, el Barcelona presentó una alegación. Estuvimos esperando la decision de la FIBA hasta las cuatro de la madrugada. De vuelta, casi me despidieron de Mundo Deportivo por decir que la acción de Vrankovic sí que era ilegal porque el reloj estaba parado. ¿Por qué se paró? Eso es otra historía. Cuando Montero recupera el balón y se va solo hacia canasta, el reloj se detiene por motivos hasta hoy desconocidos. Mi tesis era que todo lo que ocurre en el tiempo parado no es válido, ni la jugada de Montero ni el tapón de Vrankovic. En Barcelona y Cataluña todo el mundo estaba más que enfadado con la FIBA, su secretario general Borislav Stankovic, los árbitros, a quienes acusaron de todo...”, rememora Vladimir Stankovic, un histórico del periodismo balcánico que en el Buesa Arena estará presente en su vigésimo séptima Final Four.

En el caso del vizcaíno Arturo Aguado, que hoy en día ejerce como abogado pero dada su condición de antiguo directivo no quiso perderse los intentos del Baskonia por coronarse monarca europeo entre 2005 y 2008 o 2016 en Berlín, su dilatada experiencia con el traje y corbata también incluye toda clase de experiencias variopintas. “Recuerdo, por ejemplo, las medidas de seguridad tan particulares que tenían los vigilantes de acceso al Sazka Arena de Praga en 2006, ya que el primer día de competición nos dejaron meter al recinto el bocadillo que llevábamos pero no así el crianza de Rioja Alavesa con el que pretendíamos acompañar la comida. El segundo día el criterio fue al revés, lo que implicó que un día comiéramos bocadillo de jamón con coca cola y otro hamburguesa con crianza. También recuerdo la alegría que supuso la victoria en 2015 de un alavés, gran entrenador y buen amigo, como es Pablo Laso. Tampoco olvidaré nunca la Final Four de 2007. Tras la final entre el CSKA y el Panathinaikos, no podíamos abandonar nuestros asientos que se encontraban en una buena localidad del campo, puesto que llegaban los hinchas griegos que veían una localidad vacía y se sentaban en la misma negándose a desocuparla cuando volvía su legítimo ocupante. Fue casi imposible desalojarlos ante la pasividad de los vigilantes y la contundencia de los seguidores atenienses”, evoca Aguado.

Patxi Sánchez, trabajador incansable en la sombra durante casi una década para el club de Zurbano, dejó de ejercer como team manager del Baskonia en noviembre de 2014. Sin embargo, tuvo el tiempo suficiente para comprobar que la dimensión de una Final Four no es comparable a la de una Copa del Rey o cualquier otro torneo. Durante sus nueve años trabajando para la causa azulgrana, se considera un privilegiado por haber vivido desde una posición inmejorable lo que supone un evento de esta magnitud en el que algunos acaudalados aficionados rusos, turcos o israelíes llegan incluso a pagar cantidades desorbitadas -alrededor de 6.000 euros- por presenciarlo en las sillas ubicadas a pie de pista.

“Cuando viajas fuera de España, siempre todo se complica más por el idioma, la cultura... Mi trabajo era que el equipo notara lo menos posible que estaba fuera de casa y tuviese todo lo que necesitaba. Recuerdo que la Final Four de 2007 coincidió con mi cumpleaños el 2 de mayo. No pude contestar a las llamadas porque no sabía si eran para felicitarme o pedirme una entrada. Gracias a esta experiencia he tenido la oportunidad de vivir y aprender a controlar aquellos momentos tensos que me han ayudado en mi vida profesional y que ahora aporto a clientes de la consultaría”, desgrana.

“cueste lo que cueste” Si hay un país donde la Final Four levanta grandes pasiones, ese no es otro que Israel, donde los hinchas del Maccabi suelen ser, a menudo, los primeros en hacerse con el mayor tesoro de una entrada cuando la organización abre el periodo para su adquisición. Jonathan Regev, periodista de i24NEWS que ha seguido durante años la actualidad del principal emblema del país hebreo, reconoce que es un evento “mucho más grande que todo lo que había visto antes en el mundo del baloncesto. Esa es la principal impresión que sacas. La cantidad de periodistas de toda Europa es grandísima. La Final Four de 2006 resultó impactante para mí. Es cierto que las entradas son caras, pero cuando el Maccabi consigue clasificarse eso no importa. Van a viajar igual por mucho que cueste. Praga puede ser una ciudad más grande que Vitoria , pero no hay tanta tradición ni cultura de baloncesto. Pienso que lo mejor sería hacer este tipo de eventos en ciudades como Barcelona, Madrid, Atenas, Estambul o Tel Aviv”, admite.

Belgrado, sede de la Final a Cuatro en 2018 y que alberga a clásicos de la competición como el Partizan o el Estrella Roja, tampoco se queda atrás como ciudad eminentemente de baloncesto. A juicio de Stankovic, “yo diría que la mayor pasión en los partidos de la Euroliga se vive en la capital serbia, aunque no mucho detrás viene el gran ambiente en Atenas. En el Top 5 incluiría a los fans del Fenerbahce, Maccabi y Baskonia. Por otro lado, con un ambiente casi de teatro, están los aficionados del CSKA y Efes. En medio, con un gran colorido pero sin las locuras de otros, están los seguidores del Zalgiris, siempre con un gran amor hacia el club”, explica Stankovic, que enumera algunos hitos memorables como el inesperado triunfo del Partizan en Estambul en 1992 “con el equipo más joven que ganó esta competición” -coronado tras un increíble triple de Sasha Djordjevic ante el Joventut y que en aquella edición encontró su “particular domicilio” en Fuenlabrada-, la canasta de Giorgios Printezis ante el CSKA en 2012 que consagró al Olympiacos de Vassilis Spanoulis, el sorprendente éxito del Maccabi en Milán ante el Real Madrid en 2014 o el triunfo de “los mineros” del Limoges de Bozidar Maljkovic en Atenas en 1993.

gasteiz lo merecía Todos coinciden en que la elección de Vitoria y el Buesa Arena como sede de la Final a Cuatro constituye un justo reconocimiento por parte de Jordi Bertomeu, cuya política de conceder su organización tan solo a grandes capitales europeas ha vivido en este 2019 un paréntesis. “Realmente el ambiente de baloncesto, el encuentro y hermanamiento de las aficiones, la presencia del evento en la calle es incomparable el que existirá en una ciudad del tamaño de Vitoria con el que se vive en grandes ciudades como París, Madrid o Berlín. Además, supone un retorno para el territorio donde se celebra muy superior a la inversión realizada para posibilitar su organización. No sólo se trata de un retorno económico sino también otro mucho más significativo aunque intangible, como es la imagen de ciudad y de país que vamos a transmitir a todos aquellos que nos visiten. La Final Four va a posicionar a Vitoria, a Álava y a Euskadi en el mapa de los eventos deportivos internacionales y va a ser la mejor campaña publicitaria que podamos tener para presentar nuestra tierra”, expone Arturo Aguado.

El título de Euroliga sigue siendo la gran asignatura pendiente de un Baskonia que estuvo cerca de conquistarlo en la final de 2001 ante la Kinder, el mágico cuatrienio comprendido entre los años 2005 y 2008 o en 2016 en Berlín. En este sentido, Patxi Sánchez confía en que más pronto que tarde este título pueda acabar en las vitrinas del Buesa Arena. “Ojalá algún día pueda hacerse realidad este sueño. Hubiera empapelado una habitación de mi casa con fotos de la victorias. El año 2007 creo que fue la vez que más posibilidades tuvimos de ganar. Se había contratado a Bozidar Maljkovic y fuimos con esperanzas de conseguir el título, pero no pudo ser. El ambiente de la Final Four tiene un cierto parangón con el de las Copas del Rey, pero es más impactante y espectacular”, confiesa.

De lo que nadie duda, eso sí, es que el Baskonia ha sido uno de los grandes animadores de las dos últimas décadas y su sexto jugador siempre ha dejado el pabellón muy alto en cuanto a colorido y apoyo en las gradas. “Todas las aficiones son especiales, pero yo me quedaría con la nuestra, con la del Baskonia, que además de ser la nuestra es sumamente alegre y divertida, respetuosa como pocas, leal con sus colores sin que nunca falte el apoyo al equipo en la victoria y en la derrota, son el reflejo de lo que vemos todas las semanas en el Buesa Arena y que en esta ocasión estaremos en casa”, desvela Aguado. Una creencia compartida punto por punto por Stankovic, un erudito de la materia con muchas vivencias a sus espaldas que se ha recorrido medio mundo con la disculpa del baloncesto. “Vitoria es una ciudad conocida y reconocida por el baloncesto, por grandes jugadores y entrenadores que han pasado por el club y la ciudad. El público entiende de baloncesto y la concesión de la organización es un premio muy merecido. La Euroliga necesita clubes como el Baskonia y de veras me alegro que mi Final Four número 27 se celebre aquí”.