72 - 63

Ocasión desaprovechada. Mantuvo un día más el patrón de no confiar en los jóvenes pese a que un partido tan cómodo y el escaso nivel del Obradoiro dieron motivos para lo contrario. Pudo oxigenar en algunos tramos a los jugadores más castigados, aunque sigue flotando la sensación en el ambiente de que Miguel González o Arturs Kurucs no desentonarían ante la mayoría de los rivales en la ACB.

Demarraje decisivo. El Baskonia rompió el partido en las postrimerías del segundo cuarto gracias a un parcial de 15-2 que enterró las esperanzas gallegas. Tres triples casi consecutivos de Matt Janning otorgaron el colchón de seguridad necesario a los vitorianos, que nunca pasaron apuros.

Las alegrías justas. Tras los titánicos esfuerzos del último mes, el equipo vitoriano no está actualmente para grandes alardes. A falta de clarividencia, chispa y acierto, el Kirolbet se colocó el buzo azul y apeló a su buena predisposición defensiva para mantener a raya al cuadro de Moncho Fernández. Los guarismos visitantes fueron raquíticos hasta el último cuarto.

Vitoria - Con más oficio que brillantez, el Baskonia quemó ayer una nueva etapa de la anodina fase regular de la ACB, donde en contadísimas ocasiones un pez chico se come al grande en su propio feudo. No fueron necesarios grandes alardes para imponer la lógica ante el limitado Obradoiro, que únicamente metió mínimamente el miedo en el cuerpo en los compases iniciales antes de que los pesados grilletes azulgranas le privaran de excesivas alegrías en ataque y le devolvieran a la cruda realidad.

En un partido soporífero y de trazos siderúrgicos que por momentos se convirtió en un auténtico tostón, el Kirolbet fue el menos malo y selló un plácido triunfo que le consolida en la tercera posición del torneo doméstico. Si se trataba de recuperar sensaciones y deleitar al personal congregado en el Buesa Arena tras el duro varapalo encajado en Estambul, la formación alavesa se quedó muy lejos de satisfacer el objetivo.

A falta de clarividencia y virtuosismo, el mérito del Baskonia residió en que supo bajar al barro para desembarazarse de un forastero correoso pero con las uñas muy poco afiladas a la hora de provocar sobresaltos en el santuario azulgrana. Tras una inquietante puesta en escena (6-13), un tiempo muerto de Perasovic sirvió para poner las cosas en su sitio y cambiar la inercia. Entre la buena aplicación defensiva y los esporádicos fogonazos de calidad, el partido terminó discurriendo por los cauces esperados.

Incluso anidó la sensación de que el Baskonia se reservó una o dos marchas en el tintero ante un rival escaso de talento que vivió un suplicio para anotar canastas y donde Vasileiadis encontró la redención demasiado tarde desde el 6,75. La monotonía se vio quebrada en las postrimerías del segundo cuarto cuando el Baskonia se apoyó en el instinto asesino de Janning para conseguir el colchón de seguridad suficiente. Tres triples casi consecutivos del francotirador estadounidense obraron un parcial de 15-2 que disparó al intermitente combinado de Perasovic, que apretó el acelerador lo imprescindible e incluso pudo oxigenar en algunos tramos a sus piezas más saturadas.

ausencia de frescura Faltó la chispa de jornadas precedentes e igualmente escaseó el acierto, pero esas carencias se vieron compensadas con creces merced a toneladas de sudor y una entrega incansable en el trabajo de contención. Las carencias de un Obradoiro reñido con la puntería hicieron el resto para que otro humilde abandonara el Buesa Arena con la amarga sensación de no haber albergado ninguna opción de gloria.

Con una columna vertebral de rendimiento desigual, el soplo de aire fresco fue inyectado esta vez por el recién llegado Jalen Jones. Si bien se pasó de frenada en alguna ocasión y sus evoluciones son poco ortodoxas, el flamante refuerzo azulgrana -todavía algo perdido sobre la cancha- resultó de una ayuda capital para someter al Obradoiro. Con sus puntos, actividad constante y trabajo de fontanería, dejó buenas sensaciones en su segundo partido como baskonista.

La cómoda victoria no minimizó un hecho incuestionable como que el Baskonia se halla falto de frescura y con las piernas pesadas. La acumulación de esfuerzos de los últimos tiempos se deja sentir más de la cuenta. Con todo, su jerarquía le permite salir a flote en la mayoría de los encuentros a nivel doméstico. Al margen del sacrificio atrás y la grata impresión causada por Jones, Perasovic agradeció el buen hacer de Huertas en la dirección con un elevado caudal de asistencias, la mordiente de Janning y el carácter todoterreno de Shields. En el lado negativo de la balanza. hubo que ubicar un día más sobre todo a Vildoza, que siempre seleccionó mal sus opciones en ataque.

El Baskonia amasó ventajas próximas a la veintena de puntos, pero en la recta final cayó en la autocomplacencia y vio cómo los triples de Vasileiadis servían para aplicar algo de maquillaje a la clara derrota gallega. Entre medias, Perasovic desaprovechó una inmejorable oportunidad para conceder minutos a los jóvenes del filial. Apreciada la inoperancia de gran parte de los asociados de la ACB, florece la sensación de que Miguel González o Arturs Kurucs no desentonarían en una competición cada vez más devaluada.

Janning ajustició al Obradoiro en el segundo cuarto, pero el brasileño fue el amo y señor del ‘tempo’. Alimentó de forma notable a sus compañeros en un partido de guante blanco.