vitoria - El Kirolbet Baskonia disputa esta tarde en el Buesa Arena dos encuentros en uno. El que marca el calendario, claro está, contra el Monbus Obradoiro. Pero al mismo tiempo y probablemente con una dificultad aún mayor se enfrenta a sí mismo y a su precario estado de ánimo. Probablemente, solo ganando este último tendrá opciones de hacer lo mismo con el primero. Porque el plantel de Velimir Perasovic juega hoy contra la depresión en la que le ha sumido el inesperado tropiezo sufrido el viernes en la pista del Darussafaka.
Lo que se contaba como un triunfo casi seguro y una magnífica oportunidad para conseguir un pequeño colchón de seguridad en la siempre implacable Euroliga terminó convertido en una decepción de proporciones mayúsculas y la constatación de que el margen de error es prácticamente inexistente ya a partir de este momento. Pero, una vez consumado el error, la prioridad es evitar a toda costa que deje secuelas todavía más dolorosas. Y la visita del correoso Obradoiro es la primera oportunidad para hacerlo.
Un objetivo que, en cualquier caso, no resultará sencillo puesto que lo sucedido en Estambul todavía está muy fresco en la memoria de los azulgranas y su situación no ha sufrido mejora alguna. Lejos de ello, tendrá que sobreponerse una vez más al esfuerzo acumulado y tratar de que se note lo menos posible el desgaste de disputar dos partidos en menos de cuarenta y ocho horas y el desplazamiento desde la ciudad otomana. Al margen, claro está, de las dificultades que planteará un rival como el Obradoiro, especialista en pescar en aguas revueltas.
Todo ello, manteniéndose la precaria situación a la que se ha visto abocada la escuadra de Zurbano como consecuencia de la plaga de lesiones que se ha cebado con ella en las últimas semanas. Con las ya habituales ausencias de Shengelia, Granger, Garino y Sedekerskis y el estadounidense Jalen Jones todavía recién aterrizado y sin apenas capacidad de intervenir en el encuentro, a Velimir Perasovic no le quedará más remedio que volver a exprimir al máximo a su escaso número de soldados disponibles.
Una obligación con la que lleva semanas lidiando y que, antes o después, acaba pasando factura de manera inevitable. El Baskonia, en cualquier caso, necesita evitar este peaje a toda costa y sumar una victoria que le reportaría una doble recompensa. Por un lado cumplir con su teórica obligación le evitaría complicaciones innecesarias en la clasificación y mantener sus opciones de pelear hasta el final por las primeras plazas. Pero, sobre todo, ganar le reportaría una necesaria dosis de confianza para afrontar el duelo del próximo jueves en el Buesa contra el Maccabi. Una nueva jornada de la Euroliga en la que los alaveses no pueden permitirse fallar si no desean verse en serio peligro de no lograr el billete para el Top 8.
Al menos, el Kirolbet cuenta con la ayuda de los precedentes. Porque el Obradoiro ha perdido sus últimos doce enfrentamientos contra los vitorianos y su última victoria data de hace seis años. En concreto, a principios de 2013. El técnico gallego, Moncho Fernández, seguirá sin poder contar con el belga Maxime de Zeeuw y mantiene la duda del escolta alemán Andreas Obst, que se perdió el duelo de la pasada jornada ante el Unicaja como consecuencia de un esguince.