La Euroliga se adentra en su fase decisiva para un Baskonia que, tras inmiscuir nuevamente la semana pasada su figura en el Top 8, encara hoy un compromiso crucial de cara a sus aspiraciones continentales. A partir de ahora, casi todos los encuentros tendrán prácticamente la consideración de finales, más si comparece en el Buesa Arena un visitante con las mismas victorias en la clasificación e idéntico objetivo entre ceja y ceja. De ahí que el recinto de Zurbano deba convertirse hoy más que nunca en ese sexto jugador.

El Armani Milan, que como los vitorianos también totaliza ocho triunfos pero cuyo rendimiento describe una clara línea descendente, es un rival directo azulgrana al que no solo conviene ganar, sino también hacerlo en la medida de lo posible por más de tres puntos con el fin de superar el basket average de la ida (93-90). Dada la enorme igualdad existente y ante la previsión de dobles o triples empates al término de la fase regular, puede que este factor sea determinante en el futuro a la hora de determinar quién sigue vivo y quién se queda por el camino.

De imponerse por cuatro o más puntos, el Kirolbet mataría dos pájaros de un tiro y albergaría opciones más reales de dejar atrás al talentoso combinado lombardo, cuyo calendario es sensiblemente más exigente y que encadena casi dos meses en los que su rendimiento ha descendido en picado con ocho derrotas en los últimos diez compromisos.

Ambos equipos se han visto seriamente golpeados por las lesiones en los últimos tiempos. En las filas azulgranas, el parte médico produce terror. Todo hace indicar que Velimir Perasovic recuperará a Johannes Voigtmann tras la fiebre que le impidió vestirse de corto ante el Gran Canaria y el Joventut. Matt Janning se entrenó ayer por primera vez tras el esguince de tobillo sufrido en el Olímpico de Badalona. En el caso de Patricio Garino, su vuelta para hoy se antoja prematura dado que el miércoles se reincorporó al grupo y carece de tono físico tras casi dos meses en el dique seco debido a su esguince de rodilla, pero todo es posible. El retorno de Tadas Sedekerskis aún deberá esperar pese a que el club notificó a primeros de octubre que permanecería tres meses lejos de las canchas.

Simone Pianigiani, por su parte, no podrá contar en Vitoria con dos piezas capitales como Nemanja Nedovic y Kaleb Tarczewski. La rotación lombarda, eso sí, es más larga con, al menos, diez jugadores consolidados en la elite que pueden brindar un rendimiento consistente. La novedad del Armani respecto a la ida es Alen Omic, el díscolo pívot con pasado en la Liga ACB que ha sido adquirido procedente del Buducnost para reforzar la zona.

un forastero sin defensa Un día más, Perasovic se verá obligado a realizar malabarismos con el fin de oxigenar a sus contadas piezas sanas. Donde no lleguen unas fuerzas cada vez más desgastadas ante el desgaste sobrehumano durante el último mes de competición, deberá aparecer el indispensable aliento de un Buesa Arena que sigue teniendo la llave de la clasificación para el cruce previo a la Final a Cuatro por tercer año consecutivo.

Pese a los rutilantes nombres propios que adornan su plantilla, el Armani aterriza en la capital alavesa envuelto en una grave crisis de identidad. Se trata de un equipo de gatillo fácil y con una envidiable pegada que acostumbra a irse con extrema facilidad a los 90 ó 100 puntos amparado en el talento de sus componentes, pero su flanco más débil sigue siendo una defensa que acostumbra a hacer aguas por todos los costados y le ha alejado de la selecta zona de privilegio. Tras un brillante arranque que invitaba a mejorar sus discretos resultados de campañas precedentes, la estabilidad del conjunto dirigido por Pianigiani ha perdido muchos enteros y esa es la baza que deberá explotar un Baskonia cuyos tres últimos enfrentamientos ante los italianos se han saldado con derrota.

Mike James -decisivo para lo bueno y lo malo- y Vladimir Micov, los baloncestistas que más minutos acumulan desde el inicio de la Euroliga, constituyen las grandes amenazas del Armani, aunque no puede desdeñarse en ningún caso la calidad de otros gregarios de lujo como los lituanos Kuzminskas y Gudaitis o el letón Bertans. Jerrells será otro exterior a vigilar de cerca si tiene un día inspirado ante el aro rival.