Vitoria - Cuando se supo que Jayson Granger no iba a poder participar en los dos primeros partidos de la serie contra el Fenerbahce ya se podía intuir que la lesión del uruguayo iba a ser un lastre muy importante para los intereses del Baskonia dada su relevancia en el juego y las carencias que presentan los otros dos directores. Se pudo confirmar en el primer encuentro, pero ayer fue mucho más dolorosa esa baja. En un partido en el que el equipo de Pedro Martínez tuvo opciones reales de llevarse la victoria, los enormes problemas de Marcelinho Huertas para sobreponerse al poderío físico de Bradley Wanamaker (19 puntos, 4 asistencias, 3 recuperaciones, 8 faltas recibidas y 31 de valoración, el jugador más determinante del encuentro de ayer junto al trabajo de Jan Vesely en las zonas) y la lógica falta de poso de Luca Vildoza en duelos de este tipo acabaron siendo letales.
Pese a la debacle en el arranque del partido del pasado miércoles, el preparador baskonista apostó de nuevo de salida por el brasileño y buscó una mayor agresividad para atacar el cambio automático en el bloqueo directo. No fue mala la puesta en escena y tampoco la primera rotación en la dirección, pero a los dos les tocó sufrir ante un Wanamaker muy incisivo en sus entradas hacia el aro, forzando canastas y faltas con demasiada sencillez o encontrando la conexión con Vesely a través del juego del bloqueo directo.
El Baskonia pisó el acelerador en el tercer cuarto al ritmo eléctrico de un Vildoza que está viviendo un curso acelerado de aclimatación en su primera temporada al máximo nivel con un rendimiento por encima de los previsible. Acabó cometiendo el argentino algún error de calado -el más grave, un fallo en el pase con 86-82 seguido de un triple de Wanamaker tras pasar por detrás en el bloqueo que finiquitó las esperanzas vitorianas-, pero en la tesitura actual, con su verticalidad hacia canasta haciendo daño, resulta difícil de explicar que Huertas acabase jugando más minutos que él (23 por 17). Sobre todo teniendo en cuenta que en los dos últimos cuartos, y sobre todo en el período final, el brasileño se atascó por completo en ataque generando muchas dudas a sus compañeros y atrás se convirtió en una rémora, cuestiones en las que el joven valor de Mar del Plata estuvo mucho más consistente, amén de generarle con su juego serios problemas a Kostas Sloukas.
Para el martes que viene espera el Baskonia poder contar de nuevo con un Granger que le tiene que aportar al equipo su poderío físico, una cuestión fundamental ante la fortaleza de Wanamaker en esa posición y aspecto en el que Marcelinho naufraga por completo, y también un mayor poso de experiencia en la toma de decisiones, una cuestión que Vildoza acabará ganando con los años. La ausencia del uruguayo se preveía determinante y su baja ha acabado pesando demasiado en el rendimiento del equipo.
Huertas. El brasileño estuvo sobre la cancha casi 23 minutos y solo brilló en los primeros minutos para desmoronarse sobre todo en el tramo final. Sus registros, 5 puntos (1/2 en tiros de dos y 1/4 en triples), 3 asistencias, 2 pérdidas y 4 faltas para un registro global de -2 de valoración.
Vildoza. El argentino volvió a estar de nuevo mucho más consistente que su compañero en la dirección de juego e hizo daño con su verticalidad, aunque al final cometió un error de calado en un pase que fue determinante. Firmó 7 puntos (1/3 en tiros de dos y 1/2 en triples), 2 rebotes, 4 asistencias, 2 robos, 2 pérdidas 2 faltas cometidas y 4 recibidas para una valoración de 10.
Wanamaker. El poderío físico del base del Fenerbahce fue un dolor de cabeza para la dupla baskonista, sobre todo al no contar con Granger para compensar. Firmó 31 de valoración, con 19 puntos y 8 faltas provocadas.