vitoria - Ha sido el aguijón en el que se ha apoyado el Baskonia para rubricar dos embaucadores exhibiciones ante el Estrella Roja y el Barcelona, equipos maltratados sin piedad en el Buesa Arena y que han probado la particular medicina de Rodrigue Beaubois. El escolta francés se ha bastado por sí solo para desnivelar ambas contiendas merced a una explosiva puesta en escena. Si ante los serbios se fue hasta los 14 puntos en apenas siete minutos con canastas de todos los colores, el domingo no quiso ser menos ante la cadavérica escuadra catalana.

Favorecido por la defensa de Navarro en un emparejamiento muy desigual que retrató un día más el imparable declive de la Bomba, Beaubois también firmó 11 puntos casi de una tacada en un idéntico intervalo que allanaron el camino hacia una de las victorias más incontestables de la era Pedro Martínez. Finalmente serían 24 en solo 19 minutos. Es decir, más de uno por minuto gracias a un repertorio fabuloso.

Y todo ello a simple vista sin un gesto de rabia, una mueca que denote felicidad o los clásicos aspavientos del jugador en trance que desea concitar todas las miradas de la grada cuando está tocado por una varita mágica y ve el aro como una piscina. Para lo bueno y lo malo, ya se sabe que el galo nunca permite deducir su estado de ánimo. Hasta en sus días de gloria, Beaubois es frío como un témpano de hielo y rara vez esgrime una sonrisa en ese rostro siempre impertérrito.

Tras una temporada y media alejado de las ambiciosas expectativas iniciales y donde ha paseado con cuentagotas la etiqueta de killer, Beaubois vive posiblemente su etapa de mayor esplendor con la elástica azulgrana. A nivel físico y también mental, el dos nacido en Guadalupe ha alcanzado su plenitud y ello lo está agradeciendo sobremanera un Baskonia que, por diferentes razones, no había podido contar hasta ahora con la versión más atronadora de un anotador compulsivo.

Aparentemente no hay rastro ya de esas molestias en la rodilla que le han martirizado durante varios momentos de su etapa en Vitoria, como lo demuestran esos vertiginosos costa a costa que han despertado signos de admiración en el Buesa Arena. La batería de recursos ofensivos paseados en esta última semana ha sido inagotable, incluyendo canastas tras reverso, penetración o tiro abierto generado tras bote... Caviar del bueno por parte de un exterior que, a punto de cumplir las 30 primaveras, tiene una razón de peso para disparar su cotización ante los ojos de todo el mundo.

final de contrato Y es que este próximo 30 de junio vence su vínculo de dos campañas firmado en su día con el Baskonia, un club que entre sus planes a corto plazo figura obviamente la necesidad de plantearle una propuesta de renovación. Tal y como ha sucedido con otros emblemas de su proyecto a lo largo de los últimos veranos (Larkin, Hanga, Shengelia...) y confiado en que Beaubois prolongue este álgido estado de forma, Querejeta se expone a unas negociaciones duras y posiblemente duraderas en el tiempo para hacer realidad el objetivo.

La orfandad de piezas desequilibrantes y con puntos en las manos dentro del Viejo Continente es conocida por todos los directivos de los clubes más adinerados y ello puede convertir al elegante dos galo en uno de los nombres propios del próximo mercado estival. En el Baskonia nunca ha habido dudas sobre sus habilidades y enorme potencial. Prueba de ello fue el voto de confianza recibido para cumplir su segundo año de contrato en Vitoria.

De hecho, el club llegó a deslizar que el culpable de su bajo rendimiento a lo largo del pasado curso no fue otro que Sito Alonso, un entrenador que a juicio de Josean Querejeta y su grupo de confianza no le supo sacar todo el jugo posible en la cuerda exterior. Su rendimiento en los importantes desafíos que aguardan al Baskonia a la vuelta de la esquina servirán para aclarar del todo la voluntad de la entidad alavesa respecto a Beaubois, un exterior poco dado a exteriorizar sus emociones cada vez que pisa una cancha de baloncesto. De ahí que no haya llegado tanto al corazón de los seguidores como otros predecesores en su demarcación dotados de un carácter más volcánico.