El Movistar Estudiantes, que celebra este año su 70º aniversario, tiene de nuevo un puñal de importación en el perímetro. Por segunda campaña consecutiva, el conjunto colegial cuenta en sus filas con el máximo anotador de la Liga Endesa. Sylven Landesberg, neoyorquino con pasaporte israelí, asume con éxito el papel que la pasada temporada correspondió al francés Edwin Jackson -flamante fichaje del Barcelona de Sito Alonso tras ser cortado en China- y, aunque en el club quisieron huir de las comparaciones, es el jugador que más lanzamientos realiza y por el que pasan la mayoría de los balones decisivos.

De hecho, ya ha resuelto algún partido al Estudiantes con tiros en los últimos segundos o con rachas ofensivas propias de otro baloncesto como los trece puntos que anotó en el tercer cuarto ante el Barcelona o los 26 en la segunda mitad ante el Real Betis.

Quizás no se podía esperar menos de un jugador con buen recorrido universitario en Virginia, aunque acabó mal tras ser suspendido por hacer novillos, y que se proclamó campeón de la Euroliga con el Maccabi de Tel Aviv en 2014. Su protagonismo había descendido en los últimos años en el equipo macabeo, convertido tras ese éxito y la marcha de David Blatt en una casa de locos, y decidió dar el salto a la Liga Endesa en un equipo que le aseguraba ser importante y con el que podía mantener el ritmo de dos partidos semanales.

Landesberg nació en Brooklyn hace 27 años y creció con fama creciente en los parques de Nueva York y en el Instituto Holy Cross, por lo que tomar la responsabilidad no le asusta. Proclama que le gustan los retos, como esa formación militar que tuvo que superar para confirmar la nacionalidad israelí a la que tenía derecho al ser hijo de judío. “Fue mucho más duro de lo que esperaba y aprendí a apreciar las cosas mucho más”, confesó sobre esa experiencia obligatoria para cualquier ciudadano de Israel o que quiere completar la aliyah, el proceso para adquirir la nacionalidad.

Precisamente, ese pasaporte le abrió las puertas del Estudiantes como comunitario, lo que creó cierta polémica entre los clubes y obligó a la ACB, tras el visto bueno del CSD, a aclarar que Sylven Landesberg goza de esa condición, ya que Israel está dentro del ámbito de FIBA Europa.

muchos recursos De una manera u otra, el alero estudiantil, incondicional seguidor de los Knicks, será esta tarde una amenaza para la defensa exterior del Baskonia en el WiZink Center. No es que sus porcentajes, sobre todo en triples y tiros libres, sean especialmente brillantes, pero no deja de intentarlo como corresponde a uno de los jugadores de la competición que más lanzamientos intenta: más de catorce por partido.

En total, son 18,6 puntos de promedio en la Liga Endesa y 17,4 en la Basketball Champions League de la FIBA, con recursos variados en el uno contra uno, los que aporta Sylven Landesberg a un conjunto que quiere volver a disputar el play off, aunque de momento está a dos triunfos de los vitorianos en la tabla clasificatoria. De todas formas, el Estudiantes ya ha demostrado que es capaz de ganar sin su máximo anotador, como hace varias semanas ante el Valencia Basket. Sin embargo, Landesberg es una pieza esencial porque aprovecha los espacios que generan los pívots de Salva Maldonado, que normalmente juegan muy abiertos.

El elegante alero neoyorquino solo ha firmado por una temporada y lo normal es que tras su paso por el Estudiantes regrese a un club de primera línea europea. “Si no trabajas duro, no hay éxito. Me gusta el proceso y ver después los resultados y poder sentirte orgulloso de ellos”, proclama un jugador que se apoya en Omar Cook y su excompañero en el Maccabi Nik Caner-Medley para conocer su nuevo entorno. “Sé que el Estudiantes es un club con mucha tradición y espero ayudar a continuar con ella”, reconoce.