vitoria - El Khimki aguarda este viernes al Baskonia con la entereza y confianza que le proporcionan las cuatro victorias en los cinco primeros partidos de la Euroliga, la última de ellas en el WiZink Center ante el Real Madrid, pero también con un indudable foco de preocupación en el apartado médico. Tyler Honeycutt, uno de sus fichajes estrella de cara a la vuelta a la Euroliga, no ha debutado todavía en la presente temporada debido a una misteriosa lesión. Ni su estado ni su alcance son de dominio públicos en estos instantes dado que el próximo rival azulgrana se resiste sistemáticamente a aportar algún halo de luz.
El explosivo tres-cuatro estadounidense, que vive su segunda etapa en el conjunto de la periferia de Moscú tras su reciente experiencia en el Anadolu Efes a las órdenes de Velimir Perasovic, se encuentra fuera de combate desde la pretemporada cuando sufrió un percance en un amistoso. Desde entonces, Honeycutt se mantiene en la enfermería y, por tanto, se ha visto incapacitado para aportar su granito de arena al excelente comienzo de Euroliga protagonizado por el Khimki, que ha cosechado hasta la fecha un solitario borrón en la cuarta jornada en la cancha del Olympiacos.
Pese a que su vuelta a la máxima competición se produjo hace unos meses de la mano de Dusko Ivanovic tras la conquista del subcampeonato de la liga báltica, los rectores del conjunto ruso declinaron contra todo pronóstico ampliar el vínculo al veterano entrenador montenegrino. En su lugar reclutaron a otro clásico de los banquillos como el griego Georgios Bartzokas, que nada más abandonar el Barcelona con una jugosa indemnización bajo el brazo recaló en uno de los proyectos más ambiciosos del Viejo Continente.
De lo que no hay duda es que, con o sin Honeycutt, este americanizado Khimki -seis jugadores proceden del otro lado del Atlántico- debe ser por presupuesto y potencial de plantilla un claro candidato a alcanzar el Top 8. La formación rusa delega su suerte en el infinito talento de Alexey Shved, un escolta dotado de una pegada mortífera que se garantizó hace dos años un contrato ciertamente astronómico en su retorno al baloncesto continental.
No en vano, el exNBA percibe más de 3 millones de euros libres de impuestos al año, unas cifras mareantes que generalmente ningún club fuera de la NBA puede permitirse. En la actualidad, Shved es el segundo máximo anotador de la competición con casi 20 puntos de media tras el madridista Luka Doncic y el líder de un equipo en el que se juega todos los balones calientes.