vitoria - Cada vez que se introduce un cambio significativo dentro de cualquier competición, son muchas las interrogantes que se abren. Eso es precisamente lo que ha sucedido este curso dentro del baloncesto continental con la implantación del nuevo formato de la Euroliga. El escenario ha variado por completo respecto al de sobra conocido de ejercicios anteriores y, en consecuencia, se ha convertido en uno aún por descubrir para todos. No existen experiencias previas que ayuden a plantear el camino y el mayor o menor acierto de las decisiones que se adoptan se va comprobando mediante el tradicional método de ensayo-error.
Una fórmula aplicada a prácticamente todos los niveles y que, en más de una ocasión, conduce a realizar rectificaciones sobre la marcha. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido recientemente en el Baskonia. Al no existir precedentes de una temporada tan exigente desde el punto de vista físico y mental en la que los partidos se suceden en muchas ocasiones cada cuarenta y ocho horas, los equipos se han visto obligados a trabajar en su preparación casi a ciegas. Con el transcurso de los primeros meses de competición pueden extraerse ya al menos unas conclusiones iniciales y, en el caso de la escuadra de Zurbano, estas han motivado un cambio.
Fue el propio Sito Alonso el encargado de confirmarlo públicamente el pasado viernes a la conclusión del encuentro ante el Galatasaray. En la rueda de prensa posterior a la victoria sobre el combinado turco, el técnico azulgrana significó que una de las claves de la contienda había sido la mayor frescura que habían exhibido sus discípulos. Un cambio que no fue fruto de la casualidad sino de una variación en la preparación de ese importante duelo.
“Estábamos llegando a los partidos un poco demasiado agarrotados así que esta semana hemos optado por cambiar un poco y rebajar la intensidad de los entrenamientos para que estuviéramos más frescos”, explicó Alonso. Una medida que logró su objetivo de dotar a los jugadores baskonistas de piernas más ligeras. Sin tanta carga acumulada, pudieron desarrollar todo su potencial sobre el parqué y, en consecuencia, apoyarse al máximo en el físico para imponerse a su rival. Un nivel casi desconocido hasta entonces que también se puso de manifiesto dos días después en Sevilla aunque, eso sí, contra un adversario de mucha menor entidad.
A partir de ahora, resta por comprobar si este nuevo enfoque permite al Baskonia mantener la buena línea apuntada sin verse obligado a pagar peajes posteriores o, por el contrario, debe buscar otra alternativo. “Esta temporada es nueva para todos y el que diga que sabe cuál es la mejor manera de afrontarla miente, porque todos estamos con las mismas incógnitas”, apuntó Sito. Los resultados dirán si ha acertado.