vitoria - “Ganar la Euroliga sería un sueño. Es algo con lo que todos los entrenadores sueñan cuando se meten en el entrenamiento por primera vez”. Velimir Perasovic no puede ser más categórico a pocos días de que el Baskonia busque la gloria del título continental en Berlín. En una extensa entrevista concedida a la página web de la Euroliga, el técnico croata ha expresado sus sensaciones antes de una Final Four que ha supuesto la culminación de su gran obra -eso sí, todavía incompleta- y el premio merecido a una dirección formidable.

Los años que terminan en seis se le dan especialmente bien a Peras en Vitoria. En 1996, siento todavía un escolta letal, condujo al Taugrés hacia su único título europeo hasta la fecha, la extinta Recopa; en 2006 fue el técnico que hizo posible el milagro del memorable Oakazo en Atenas; en 2016 ha posibilitado ocho años después la aparición azulgrana en la gran fiesta del baloncesto continental.

Desde el inicio de la temporada, el Laboral Kutxa ha vivido un cuento de hadas que espera tener continuidad a partir de este viernes con el enfrentamiento ante el poderoso Fenerbahce. Caso de superar este complejo escollo, los alaveses se verán las caras el domingo con el CSKA o el Lokomotiv Kuban. Un camino áspero pero no más difícil que el recorrido hasta ahora por un colectivo con las ideas muy claras y al que el papel de tapado le ha sentado de maravilla.

“Cuando ganamos dos partidos fuera de casa en el Top 16, primero en Barcelona y luego en Madrid, empezamos a creer que podíamos clasificarnos. Hasta ese momento, era una ilusión esperar que estaríamos entre los cuatro mejores al final de la temporada. Tras conquistar el Palau y el Barclaycard Center, las cosas cambiaron y comprendimos que teníamos una gran oportunidad. En primer lugar, sabíamos que el camino hacia los play off pasaba por el Buesa Arena, donde jugamos mucho mejor. Esas dos victorias mostraron no sólo a nosotros, sino también a nuestros rivales, que tenían que hacer frente a un equipo serio”, reflexionó Perasovic.

Con una sinceridad que le honra, Perasovic echó la vista atrás para ubicar la génesis de este sueño. Se remontó concretamente al verano del año pasado cuando el Baskonia, ante la falta de músculo económico, decidió apostar por la continuidad de buena parte de la plantilla que el curso anterior había sido eliminado en cuartos por el Unicaja.

“El hecho es que nuestro club no contaba con las finanzas para armar un equipo caro. Pero si tú no tienes una plantilla cara no significa que no puedas tener un buen equipo. Hemos mantenido la mayor parte de los jugadores de la campaña pasada y eso ha sido un buen movimiento. Creo que los jugadores tienden a mejorar en su segunda temporada en un lugar cuando ya están acostumbrados al equipo y a la competición que disputan”, valoró el croata, quien no escondió que la apuesta tardía por Bourousis también ha proporcionado un indudable salto de calidad al proyecto azulgrana. “Esa combinación de jugadores con experiencia de un año en el club y la llegada del griego nos ayudó a formar un conjunto competitivo”.

un oponente temible Tras ensalzar “el paso adelante” proporcionado por muchos jugadores ante la plaga de lesiones padecida en un momento crítico del curso, Peras mostró su versión más inconformista al aseverar que “espero que esto no haya sido todo y que tengamos algo más que decir en la Final Four”. El primer rival en Berlín será el Fenerbahce, que parte con la condición de favorito a tenor de la solidez acreditada durante toda la competición y la exhibición en el cruce de cuartos ante el Real Madrid sin su bastión interior Vesely.

“Su fuerza es el esfuerzo como colectivo. Son duros, disciplinados y versátiles. Pueden presentar un equipo largo y también una rotación corta. Son buenos en el perímetro. No tiene muchas grietas que podrían ser explotadas. No hay ningún emparejamiento con ellos que sea bueno. Tienen dureza, velocidad y son agresivos. Pero ningún equipo es imbatible. Debemos hacer nuestro baloncesto y ver a dónde nos lleva”, advirtió el balcánico, quien no tibubeó cuando debió emitir un pronóstico sobre el candidato a izar este domingo el trofeo de campeón. “Por la forma en que ha disputado la Euroliga, el Fenerbahce es el favorito absoluto”, reconoció sin tapujos.

Tampoco ahorró elogios hacia la superlativa figura de Obradovic, el rey de los banquillos al que adornan ocho coronas de la máxima competición y que, a su juicio, es el mejor técnico que ha surgido del basket continental en las últimas dos décadas. “Siempre veía a Zeljko como a un jugador que estaba pensando como un entrenador. Puede que no tuviera la calidad de otros grandes jugadores en su posición en aquel equipo, como Drazen Petrovic y Sasha Djordjevic, pero ya pensaba de una manera diferente. Por ello, tenía el respeto de cada jugador de aquel gran conjunto. Se podía percibir esa calidad suya”.