Vitoria - Al margen de los malos resultados del Baskonia durante los tres últimos años, un hecho que estaba llamando poderosamente la atención era la progresiva desbandada de aficionados del Buesa Arena. La última reforma del mastodóntico pabellón, que elevó el aforo hasta las más de 15.500 localidades, ha coincidido en el tiempo con una época de vacas flacas que ha desencadenado otros daños colaterales visibles para todos el mundo. Principalmente, la despoblación de unas gradas descontentas con lo que veían sus ojos y que tampoco se identificaban con los valores que transmitían unas plantillas huérfanas de carácter. Una deserción que ha tratado de ser atajada por el club sin mucho éxito mediante diferentes fórmulas pero que, a la larga, siempre es más fácil de combatir de una única manera: con buenos resultados. Los que está consiguiendo el conjunto de Perasovic en un sobresaliente inicio de temporada que no entraba en muchos pronósticos previos. Ha sido regresar el Laboral Kutxa a la senda victoriosa con la vuelta a aquel mítico espíritu de antaño y comenzar a brotar el germen de la ilusión en una masa social azulgrana desencantada por la deriva y la decadencia de los últimos tiempos.

A poco que han llegado varias épicas demostraciones de supervivencia en la prórroga y, sobre todo, se han recuperado las virtudes que hicieron en su día temible a la tropa vitoriana en todas las canchas continentales, el Buesa Arena ha comenzado a coger un mejor color. Según las siempre generosas estimaciones de la entidad, más de 11.100 aficionados se dieron cita el domingo en el Buesa Arena en un partido con todos los atractivos del mundo ante el Barcelona. Lo cierto es que el recinto azulgrana comienza a ser nuevamente temible para los visitantes. En espera de que no se produzca ningún desfallecimiento mortal de necesidad, ha vuelto a crearse esa atmósfera irrespirable que tantas y tantas victorias posibilitó en los años de mayores éxitos por parte de los vitorianos. El actual Baskonia, decidido a plantar cara a los más poderosos pese a sus medios más modestos y las limitaciones económicas, vuelve a sentir el aliento de su sexto jugador. Pendiente todavía de movilizar a más fieles en el anillo superior, el infatigable apoyo de su gente ha resultado imprescindible para que cuatro pesos pesados del Viejo Continente (Olympiacos, Anadolu Efes, Armani y Barcelona) terminaran engullidos en la caldera de Zurbano.

Bourousis, el nuevo ídolo Después de siete partidos oficiales (4 de ACB y 3 de Euroliga), el Laboral Kutxa permanece imbatido como local. Las 20 victorias en los últimos 21 duelos a nivel doméstico también ilustran la fortaleza azulgrana bajo el cobijo de su público, que vuelve a apreciar el espíritu de lucha, la casta, el corazón y la capacidad agonística de un grupo de jugadores que nunca se dan por vencidos y resisten con entereza cualquier golpe a lo largo de los cuarenta minutos. Es el estilo impregnado por Perasovic, principal artífice del brutal cambio de cara experimentado por los alaveses. Si bien la consecución virtual del pasaporte para el Top 16 de la Euroliga y la Copa del Rey está siendo fruto de un sobrio trabajo colectivo, no cabe duda de que los aficionados se han rendido ya a la magia de un pívot que en su día despertaba mucha antipatía vistiendo los colores del Olympiacos. Bourousis, un fichaje de impacto que ha colocado al Baskonia en otra dimensión, se ha convertido en una especie de mesías que ha logrado enardecer a las masas. Blazic o Hanga, dos cancerberos defensivos de primer orden, también figuran entre las preferencias. Y es que es conocido por todos que en el Buesa casi siempre se ha jaleado más una buena actitud defensiva que una canasta de bella factura.

“El público que acudió a un Buesa inexpugnable hasta el momento disfrutó y aplaudió la entrega, la fe encomiable y la capacidad de superación mostrada por los hombres de Perasovic para forzar la prórroga y salir vencedores en un duelo de altura. Tras el partido ante el Barcelona, ya son cuatro los encuentros de liga doméstica disputados en un Buesa Arena que registra una media de 9.537 espectadores por encuentro en competición nacional. En Euroliga, el pabellón baskonista reúne a una media de 9.642 aficionados en los tres partidos disputados hasta la fecha”, recordó ayer el club mediante una nota pública.

Imbatido como local. El Laboral Kutxa se ha impuesto en sus siete encuentros caseros de esta campaña. En la ACB han sucumbido en Vitoria el Rio Natura, el Gran Canaria, el Murcia y el Barcelona, mientras que en la Euroliga también hincaron la rodilla tres pesos pesados como el Olympiacos, el Anadolu Efes y el Emporio Armani.

Una racha espectacular. El Baskonia ha ganado 20 de sus últimos 21 partidos en casa en la competición doméstica. Desde que el Unicaja le superara en la jornada inaugural de la pasada temporada, el único que ha podido profanar el templo azulgrana en este intervalo de tiempo es el UCAM Murcia.

11.129

Fueron los espectadores que, según los datos calculados por el club, se dieron cita el domingo en el choque ante el Barcelona. La mejor entrada databa hasta este momento de la velada frente al Olympiacos con 10.826 seguidores.