Vitoria - El Olympiacos se encuentra pendiente del estado físico de sus dos principales estrellas para recibir pasado mañana al Baskonia en la Paz y la Amistad. Unos problemas de espalda han hecho que Spanoulis y Printezis se hayan perdido las últimas citas del conjunto griego. Conscientes de su ascendencia en el grupo y de que ha quedado recientemente fuera de circulación para lo que resta de temporada su mole interior (Patric Young), Giannis Sfairopoulos quiere mimar a dos jugadores que absorben casi todo el protagonismo en las filas del vigente subcampeón continental.

En principio, las dolencias no son lo suficientemente graves y existe la creencia generalizada de que ambos serán de la partida en un partido que dilucidará el liderato dentro del grupo B de la Euroliga. La modestia de los dos últimos rivales del Olympiacos (Cedevita y Koroivos) ha motivado que el Olympiacos pudiera permitirse el lujo de prescindir de los dos grandes estandartes del proyecto, pero el Baskonia no es un cualquiera en estos momentos y lo lógico sería que se vistieran de corto ante los de Perasovic. Otra cosa es que no se encuentren al cien por cien para afrontar una velada de la máxima complejidad para el cuadro afincado en el barrio portuario de El Pireo.

Detrás de los problemas físicos de Spanoulis pueden encontrarse las razones de una de las temporadas más discretas de Spanoulis con unos erráticos porcentajes de tiro. Apenas ha convertido 14 canastas de 58 intentos en los cinco duelos continentales disputados, mostrándose más incisivo y letal a la hora de repartir juego con casi siete asistencias de media. En el caso de Printezis, es todo lo contrario. Convertido en el jugador más valorado del Olympiacos (15,8 puntos y 6,4 rebotes), su rendimiento ha sido hasta la fecha espectacular brindando grandes dosis de dinamismo y polivalencia en el puesto de cuatro.

Huérfano de sus dos referentes espirituales y de Young, su principal referente interior que resultó gravemente lesionado en la visita al Anadolu Efes al romperse el ligamento cruzado de la rodilla, el Olympiacos ha sabido capear el temporal con un gen competitivo difícil de presenciar en cualquier otro conjunto europeo. La irrupción de los emergentes valores griegos, especialmente Papapetrou y Agravanis, la buena dirección de Mantzaris, la muñeca de Lojeski o el músculo de Hunter han salido en las últimas fechas al rescate del Olympiacos, cuya única derrota en la Euroliga tuvo lugar en la prórroga en su visita al Buesa Arena.

En las oficinas del club heleno también se trabaja sin descanso en la búsqueda de un refuerzo interior que mitigue la ausencia de larga duración del poste estadounidense, cuya lesión de rodilla ha abierto un socavón de dimensiones siderales en la pintura. Los hermanos Angelopoulos pretenden reclutar un poste de un perfil similar al de Young: extremadamente físico, intimidador, voluminoso, potente y que haga el trabajo sucio para el lucimiento de sus compañeros. En los últimos días han surgido los nombres de Donald Roberts y Joey Dorsey, pero ninguna gestión ha fructificado hasta ahora de manera positiva. - O. San Martín