vitoria - El Polideportivo de Ariznabarra acogerá a partir de las 19.00 horas (ETB-4) el primero de los dos duelos ante la potente Venezuela. Con la tricolor estarán Laura Pardo, Cristina Molinuevo y Arrate Agirre, tres pujantes jóvenes del Araski que han recogido el premio a su excelente temporada en el Araski. Quienes no estarán, en cambio, son Itsaso Conde -gravemente lesionada en su rodilla hace unas semanas- ni Marta Tudanca, inmersa en su aventura argentina. Por tanto, será una gran oportunidad para que los aficionados al baloncesto en la ciudad disfruten de un acontecimiento al más alto nivel. Así lo cree, al menos, el seleccionador femenino vasco.

Mucho tiempo después, la selección de Euskadi pisa territorio alavés. ¿Hace un llamamiento para que la gente vaya a Ariznavarra?

-Sí, por supuesto. Es un acontecimiento importante que Euskadi juegue un partido internacional contra un combinado nacional. Eso ya es un reclamo suficiente, así que invitamos a todo el mundo a que vaya a ver un buen espectáculo. Creo que es una oportunidad bonita para que las chicas completen una buena actuación y enseñen sus cualidades.

Venezuela ostenta el número 34 del ranking FIBA y está preparando el Torneo de las Américas. ¿Se miden a un conjunto de postín?

-Sí, es un rival muy atractivo. Aprovechando que están haciendo una gira de preparación por España, hemos conseguido cerrar estos dos amistosos ante ellas. Para una selección como Euskadi que se junta en momentos puntuales del año, medirse a un equipo de estas características es una interesante prueba de toque.

¿Cuál es el nivel real de esta Euskadi con las sensibles bajas de dos alavesas como Itsaso Conde o Marta Tudanca?

-El nivel de la selección es el nivel que está mostrando el baloncesto femenino vasco durante esta temporada. Tanto en Liga Femenina 1 como en la 2, todos los equipos vascos han hecho un papel notable. Creo que esta selección es la consecuencia de ese buen hacer y trabajo de base de estos últimos meses. Es cierto que tenemos ausencias importantes por lesión, compromisos de jugadores en otras ligas o incluso por motivos labores y personales, pero las que están con nosotros atesoran el nivel suficiente para competir y ofrecer un buen espectáculo. Lo que me más preocupa es que las jugadoras sean capaces de desarrollar y mostrar el baloncesto que llevan dentro. Con las bajas, tenemos un serio inconveniente en el juego interior a nivel de centímetros y envergadura que habrá que suplirlo con el trabajo extra del resto.

¿Quiere esto decir que la salud del baloncesto femenino vasco es más que notable hoy en día?

-El momento actual lo valoro muy positivamente. Posiblemente, estemos en el momento más dulce de la última década. Tenemos dos equipos en la máxima categoría y hay otros dos buenos equipos en LF2. Recientemente, el Iraurgi también ha conseguido el ascenso a la categoría de plata. Entonces, creo que el momento es muy bueno. Lo que vamos a intentar es que se refleje con la selección con dos buenos partidos.

¿Qué porvenir augura a las alavesas Arrate Agirre, Laura Pardo y Cristina Molinuevo?

-Han recogido el premio a una muy buena temporada. Hubiésemos estado contentos de haber tenido la participación de Itsaso, pero por desgracia -sobre todo, para ella-, no va a poder ser por una lesión de rodilla. Si están en la selección es porque se lo han ganado a pulso. Ojalá realicen el mismo buen trabajo que en el Araski. Dependerá de ellas.

La crisis ha golpeado de lleno a la ACB. ¿ Es difícil no desmoralizarse todavía más en el caso de las chicas que usted entrena?

-Estamos viviendo una situación económica muy complicada a nivel deportivo, no sólo el baloncesto. Todos los clubes están luchando para competir en sus respectivas categorías. En el caso de las chicas, esta pelea es más dura si cabe porque no existe la misma capacidad para generar recursos en comparación con el Baskonia, el Bilbao o el Gipuzkoa Basket. Si ya es complicado el masculino, el femenino debe hacer casi milagros para sobrevivir. En muchos casos, la carencia de medios y de recursos se suple con ilusión, trabajo y dedicación. Eso en el baloncesto femenino de Euskadi es de una nota de sobresaliente.

Usted ejerce como ayudante en el Gipuzkoa Basket. ¿Cómo vive la angustia de saber si el próximo curso será ACB o LEB Oro?

-El momento más duro ya lo pasamos, que fue tener que vivir el descenso deportivo. Trabajamos todo el año para conseguir la permanencia y ahora estamos en una fase de espera en la que pocas cosas están en nuestras manos, sobre todo a nivel de plantilla, técnicos y jugadores. Solo queda esperar a ver si Burgos y Ourense materializan su ascenso en los despachos. A partir de ahí, ojalá el Gipuzkoa Basket puede cumplir las condiciones para seguir compitiendo en la máxima categoría. Los requisitos para dar el salto a la ACB son difíciles, casi prohibitivos, para la mayoría de los clubes. Seguro que los rectores del equipo estarán preparándose para conseguir lo mejor en ambos escenarios.