vitoria - El rival del Baskonia es un club legendario en el baloncesto europeo, una sociedad que pasó por momentos difíciles en la primera década de este siglo, hasta que la irrupción en 2004 del magnate del mundo de la moda Giorgio Armani convirtió su apoyo en algo más que un importante patrocinador. Desde entonces el club lombardo ha ido retomando su lugar en la élite del baloncesto italiano y continental. Es actual campeón de la Lega tras imponerse en la final de la temporada pasada al Siena de Marco Crespi, un titulo que se le resistía desde 1996.

La tradición siempre ha sido una fuerte seña de identidad de este club fundado en 1936 y que inmediatamente se convirtió en la escuadra más importante y exitosa del Pallacanestro. La II Guerra Mundial paralizó la actividad deportiva en el país transalpino inmerso en la contienda bélica y no fue hasta una vez concluida cuando Olimpia Milano comenzó a poner los cimientos de una nueva etapa triunfadora liderada por quien fuera su fundador y presidente Adolfo Bogoncelli. Sobre la pista tuvo como mano derecha a Cesare Rubini, considerado como uno del los mejores deportistas italianos de todos los tiempos (fue jugador de waterpolo antes de decantarse por el baloncesto). El príncipe Rubini alternó durante años el puesto de jugador-entrenador y fue el referente de un equipo que logró sumar nueve títulos de la Lega entre 1950 y 1960.

En 1964 el equipo disputó por primera vez las semifinales de la Copa de Europa, en las que cayó ante el Real Madrid. En 1965, el fichaje estrella del Milán fue el pívot norteamericano Bill Bradley, considerado el mejor jugador universitario estadounidense del momento y medalla de oro con la selección USA en los Juegos de Tokio’ 64. Con el poste nacido en Misuri logró su primera Copa de Europa, en un año en el que además conquistó una nueva Liga. Una nueva final disputada en la Copa de Europa de 1967 ante el Real Madrid, ganada por el conjunto blanco, cerró un ciclo dorado para el Milán en la máxima competición continental.

En cambio en la década de los 70 se vio superado en su liga por el mejor Varese de su historia con Dino Meneghin al frente. El club varesino relegó a los de Milán a tener que disputar la segunda competición europea, la Recopa, trofeo que llegó a conquistar en tres ocasiones (1971, 1972 y 1976).

En 1978 se sentó en el banquillo el coach norteamericano Dan Peterson. El entrenador tuvo que afrontar un nuevo ciclo, tras haber descendido a la A-2 en la liga nacional. En 1977 llegaba un joven base italo-americano llamado Mike D’Antoni, que tras una brillante trayectoria universitaria no logró hacerse un hueco en la NBA. Alrededor suyo se fue construyendo un potente conjunto formado por jugadores como los gemelos Boselli, John Gianelli o Roberto Premier, entre otros ilustres. Incluso llegó a tener prácticamente cerrada la contratación de un jovencísimo Kevin McHale antes de firmar en 1980 por los Boston Celtics. Pero si hubo un fichaje que permitió a Olimpia Milán recuperar su dominio dentro y fuera de las fronteras italianas fue el del pívot Dino Meneghin en el verano de 1982.

Con él, volvió a ganar nuevas ediciones del Scudetto, de la Copa de Italia, también una Korac pero, sobre todo, dos Copas de Europa consecutivas en 1987 y 1988 contra el Maccabi. Especialmente exitoso fue el curso 86-87, el último de Peterson al mando y en el que se incorporó a un ex doble campeón de la NBA con los Ángeles Lakers llamado Bob McAdoo, un superclase bajo los aros con el que el Milán completaba la que podría considerarse la mejor plantilla de su historia. Ganó la Lega, La Copa de Europa y la Intercontinental.

En 1989 logró su última Liga y un año después comenzó a desintegrarse ese gran equipo con el adiós de D’Antoni, que se retiró a los 39 años para comenzar su carrera como entrenador también en Milán, donde permaneció cuatro temporadas más, antes de triunfar en Treviso y dar su posterior salto a la NBA. Meneghin, cumplidos ya los 40, dejó Milán para jugar una temporada en Trieste, pero volvió a la capital de la moda italiana para cerrar su carrera profesional en 1995 ya con 45 años.

El relevo generacional en los 90 no tuvo el mismo éxito. Milán disputó la Final Four de 1992 en la que cayó en semifinales ante el Partizan, pero en 1993 logró ganar una nueva Korac con Djordjevic, Riva y Pittis como protagonistas. D’Antoni dejó paso a otro ilustre entrenador, Bogdan Tanjevic?, que llegaba junto a dos emergentes estrellas -Bodirogia y Fucka-. Junto a otro gran jugador siempre vinculado a Milán como Nando Gentile sumaron su penúltimo titulo de Liga en 1996 y las Copas de 1995 y 1996. Desde entonces la trayectoria del equipo fue muy irregular.

No fue hasta 2004 cuando el magnate de la moda Giorgio Armani salió al rescate de Olimpia Milano. El propio diseñador, más allá de los intereses comerciales que podía tener la marca Armani en un club profesional, no dudó en hacerse con la propiedad del club ante una inestabilidad que amenazaba incluso con su desaparición del deporte profesional. El hombre más exitoso de la alta costura, sigue a sus 81 años demostrando una verdadera pasión por su equipo y asistiendo a los partidos del actual EA7 Milano, que sigue a pie de pista del Mediolanum Forum. Armani, que además mantiene un contacto directo y casi familiar con los jugadores y técnicos del equipo, sueña con que el Olimpia Milano logre de nuevo ser campeón de Europa.

A nivel deportivo la primera temporada de la era Armani sirvió para volver a levantar el orgullo de esta escuadra que disputó la final de la Lega que se tuvo que resolver en el último partido de la serie ante la Fortitudo Bolonia a través del Instant Replay. Desde entonces han pasado por Milán jugadores italianos de la talla de Danillo Gallinari, Alessandro Gentile, Gianluca Basile, Stefano Mancinelli o Daniel Hackett rodeados de buenos jugadores como Drew Nicholas, Antonios Fotsis, Linas Kleiza, Omar Cook o David Moss y entrenadores del propio país como Attilio Caja, Piero Bucchi, Dan Peterson (en una nueva etapa como entrenador interino a sus 75 años en 2011), Sergio Scariolo y Luca Bianchi. Todos ellos han ido poniendo su granito de arena en la evolución de este club hasta convertirse en el vigente campeón de Liga italiana. Un renacimiento que ha servido para que el conjunto de Milán vuelva a participar en la Euroliga de manera habitual representando al baloncesto italiano y que tras haber sido la sede de la pasada Final Four, el Olimpia Milano vuelve para quedarse entre los mejores también del baloncesto europeo.