vitoria - El Baskonia vuelve esta noche al lugar de su último crimen donde hace 72 horas perpetró una de las actuaciones más bochornosas que se le recuerdan. Con las heridas del derbi ante el Gipuzkoa Basket todavía sin cicatrizar, el cuadro vitoriano debe hacer borrón y cuenta nueva para no deteorirar más si cabe una situación que ya es de por sí crítica y delicada. Quedan únicamente tres jornadas para clausurar esta paupérrima fase regular y los pupilos de Scariolo se hallan obligados a sumar, al menos, dos triunfos para no comprometer su billete hacia las series finales por el título.

El primero no puede demorarse en exceso porque aterriza en el Buesa Arena un Rio Natura en caída libre que viene de cosechar nueve derrotas en sus últimas diez apariciones ligueras. Los gallegos, fuera ya de todo peligro en la parte baja tras concretarse los descensos del Valladolid y Manresa, solo han podido ganar, y por la mínima, al Valladolid desde el 2 de marzo. Por tanto, es un rival propicio para que este melancólico Laboral Kutxa reconduzca el rumbo y deje encarrilada su presencia entre los ocho mejores.

Sobra decir lo que implicaría otra derrota en un Buesa Arena de uñas que está soportando de forma estoica la penosa deriva de un equipo poco trabajado y necesitado de varias transfusiones sanguíneas. En un clima de alta tensión por los perniciosos hábitos de una temporada para el olvido, jugadores y técnicos tienen ante sí una oportunidad para saldar la enorme deuda contraída ante los guipuzcoanos. El baskonismo tolera la falta de acierto y asume que no es oro todo lo que reluce alrededor del club, pero lo que provoca sarpullidos en la piel y desquicia son actuaciones sonrojantes como la de hace unos días en la que un oponente humilde y plagado de admirables jornaleros pasea una suficiencia aplastante.

Llegará en breve un verano largo para tomar decisiones drásticas y aplicar una profundo lavaro de cara al plantel, pero antes de que eso suceda conviene acabar dignamente la temporada. Y ello pasa por asegurar una plaza de play off antes de que Real Madrid, Valencia Basket o Barcelona -el primer rival en cuartos de final- certifique el adiós a un ejercicio decepcionante. El mayor peligro del combinado santiagués, venido a menos desde la marcha de Mike Muscala a la NBA, proviene del francotirador Alberto Corbacho.

Desde primeras horas de la mañana, será un día de transistores donde el Baskonia también deberá prestar atención a lo que ocurra en otras canchas. Sus cuatro rivales directos afrontan duelos desiguales. Mientras el CAI y el Joventut tienen visos de engordar su casillero ante el Valladolid y Estudiantes respectivamente, el Gipuzkoa Basket y el Cajasol afrontan compromisos de la máxima exigencia. Los donostiarras reciben con la moral por las nubes al Gran Canaria, mientras que los sevillanos visitan La Fonteta ante un Valencia que puede acusar la resaca de las celebraciones de su reciente título europeo. En cualquier caso, bien haría el Laboral Kutxa en mirarse a sí mismo.