vitoria. Al Laboral Kutxa no le sobra casi nada para ganar esta temporada sus partidos con la rotundidad y suficiencia de antaño. Poco queda de aquel rutilante equipo que paseaba una suficiencia atroz en la mayoría de envites. Como si tratase del clásico modesto obligado a enmascarar sus muchas limitaciones con el trabajo, sudor y casta de todos sus componentes, hoy en día está obligado a ponerse el buzo para ir sorteando los diferentes obstáculos de un calendario agotador.

Dadas sus carencias estructurales, la drástica reducción de presupuesto emprendida por el club y sus eternos problemas con las lesiones que apenas han permitido a Scariolo disponer de su bloque al completo con un mínimo de continuidad, cada compromiso implica una elevada dosis de riesgo y se convierte en un sufrimiento extremo. Queda el consuelo de que, si algo noticiable está deparando el presente ejercicio, no es otra cosa que el espíritu de supervivencia y la capacidad de sufrimiento de un colectivo que transita por un fino alambre en cada una de sus apariciones, ya sea doméstica o continental. Aunque todo ello sea a costa de poner a prueba los sufridos corazones de una masa social cada vez más resignada ante la pérdida de competitividad del equipo tanto en la Liga ACB como la Euroliga.

Los desfibriladores deben estar a mano antes de cada salto inicial porque, de los 28 encuentros oficiales disputados hasta la fecha por el Laboral Kutxa, prácticamente la tercera parte -concretamente nueve- han vivido un epílogo a cara o cruz y se decantaron a favor o en contra con un lanzamiento anotado o errado sobre la bocina. El dramatismo ha alcanzado cotas insospechadas en los tres recientes compromisos ligueros que han servido para mantener viva la llama copera. Frente al Obradoiro, Barcelona y Gipuzkoa Basket, el conjunto de Scariolo acaba de salir vivo de tres emboscadas mortales de necesidad obteniendo la sabrosa recompensa de acariciar ya su pasaporte para tierras malagueñas si no acontece en estas dos semanas una debacle ante el CAI Zaragoza y el Fuenlabrada.

Sus tres adversarios dispusieron de una última jugada para haber oscurecido el futuro azulgrana, pero Pumprla, Navarro y Robinson carecieron de instinto asesino. El checo desperdició un lejano triple ganador, la ametralladora culé padeció la poderosa intimidación de Hamilton en su intento de dejar una bandeja y el estadounidense, previa falta de Pleiss, también se topó con el aro a la hora de conducir el derbi a la prórroga. Con las uñas en carne viva y en medio de unas gotas de suspense más propias de cualquier película del mismísimo Alfred Hitchcock, el Laboral Kutxa pudo celebrar tres victorias que han variaron su inercia perdedora en los anteriores finales resueltos con la moneda al aire.

varias frustraciones Porque si en estos últimos tiempos la fortuna se ha aliado en parte con los alaveses, no es menos cierto que el plantel venía antes de recibir varias puñaladas inmerecidas en otros partidos donde, posiblemente, no se hizo acreedor a un desenlace tan cruel. Frente al Gran Canaria, el Valencia y el Bilbao Basket, sin obviar tampoco el aguijonazo propinado por el croata Krunoslav Simon en la lejana Krasnodar para regocijo del Lokomotiv Kuban, un evidente halo de frustración se apoderó de Scariolo y sus hombres. Fueron jornadas en las que el Baskonia opuso méritos similares a los de su oponente y, sin embargo, no supo dar con la tecla adecuada para acabar con una sonrisa en la cara.

En realidad, tanto apuro a lo largo de los encuentros no es producto de la casualidad sino el fiel reflejo de la controvertida confección de una plantilla que básicamente malvive por su debilidad en el puesto de dos y de cuatro para competir ante determinados rivales de perfil alto. El aterrizaje de Giussepe Poeta en la dirección de juego precede en la actualidad la búsqueda de un interior que dote de más músculo a una zona demasiado liviana cuya fragilidad ha quedado al descubierto con la nueva lesión de Hamilton, el único poste azulgrana capacitado para elevar la temperatura física debajo de los tableros.

Josean Querejeta pretende desde hace semanas liberar la plaza de extracomunitario de Hodge para hacer hueco a un cuatro de corte atlético que complemente a Nocioni y desplace a Mainoldi del primer plano. Entonces puede que el futuro se divise con otro optimismo y las apreturas actuales dejen paso a un Baskonia mucho más compacto, rocoso y sólido que se lance a la yugular de todos sus adversarios. De momento, los irregulares resultados firmados en la actual campaña no le sirven para granjearse el indudable respeto del que gozaba hasta hace bien poco.