EL Barcelona se ha convertido en una incubadora de jóvenes promesas de toda Europa. El primer equipo es aún un territorio de difícil acceso para gente poca curtida, pero en la Can Barça baloncestística saben que tarde o temprano la van a necesitar ya que varias de sus piezas principales ya han entrado en la treintena. El club azulgrana ofrece a sus canteranos un proceso formativo de élite para el que cuentan con conjuntos inferiores del máximo nivel, un filial en la competitiva Adecco Oro y algunos minutos, aunque carísimos, a las órdenes de Xavi Pascual en la Liga Endesa.

Los resultados son evidentes ya que el conjunto junior del Barça ha jugado cuatro finales consecutivas del Campeonato de España con tres títulos y el cadete ha logrado el mismo balance en los últimos cinco años. Esa calidad y amplitud de medios ha convencido a muchos chavales y sus mentores de que lo mejor es acceder a esa exigente escalera cuyo final muchos, posiblemente, no alcanzarán.

Apoyado en la nueva reglamentación que no distingue de nacionalidades en los cuatro obligatorios cupos de formación en la ACB, el Barcelona tiró sus redes sobre jugadores muy destacados en sus respectivas generaciones y así cuenta con el montenegrino Marko Todorovic (21 años), incorporado del Joventut, el mallorquín Álex Abrines (20 años), al que ficharon del Unicaja, y el croata Mario Hezonja (18 años), al que se le firmó un contrato por siete temporadas. El primero puede moverse entre las posiciones de cuatro y de cinco y tiene que hacerse hueco en el superpoblado juego interior, aunque ha tenido sus momentos destacados. Los otros dos ocupan la posición de Juan Carlos Navarro, con lo que deben aprovechar las ausencias de La Bomba para llamar la atención. Cualquiera de los tres sería titular en la mayoría de los equipos de la ACB, o al menos tendrían mucho más protagonismo, pero en el Barça tienen la posibilidad de aprender en entrenamientos de un gran nivel y sumar minutos de la máxima exigencia, tanto en la Liga Endesa como en la Euroliga, al menos en este tramo inicial de la temporada. No cabe contar como apuesta al griego Kostas Papanikolau, al que el Barcelona fichó del Olympiacos y que pese a tener solo 23 años ya es un jugador consagrado en el concierto europeo.

Otros jugadores de la cantera culé han optado por quemar etapas en un ascenso progresivo. Es el caso del escolta sueco Markus Eriksson, al que el Barcelona fichó del Manresa hace dos años y ahora lo ha vuelto ceder al equipo del Bagès, que dirige el exentrenador del Barça B Borja Comenge, para que acumule las oportunidades que se le negaban en el primer equipo azulgrana donde no hay sitio para tanto talento por explotar. De momento, el de Uppsala promedia 11 puntos en 24 minutos de juego en su primera experiencia a tiempo total en la Liga Endesa ya que ya participó en un par de encuentros la temporada pasada.

ARDÈVOL, el especialista El proceso de captación y formativo en el Barcelona tiene a Jordi Ardèvol como máximo responsable y no están tardando en verse los frutos del trabajo de un hombre que ejerció la misma labor en L'Hospitalet, donde reclutó a Serge Ibaka, y en Manresa. Así, este verano ha llegado el ala-pívot bosnio, con pasaporte finlandés, Emir Sulejmanovic, MVP de la última edición del prestigioso torneo junior de L'Hospitalet. Este chico de 18 años y 2,04 metros ya ha debutado en la Adecco Oro, lo mismo que el montenegrino Milovan Draskovic, de 18 años y 2,14 metros, que fichó hace un año y tiene el mejor maestro posible, Roberto Dueñas, que trabaja en la estructura técnica del club en el que alcanzó la gloria como jugador.

El base del filial es Josep Pérez, un puro producto de la cantera azulgrana, que ya ha tenido presencias esporádicas en el primer equipo porque tiene una chispa especial. Con 19 años, quizás le falta físico para dar el salto definitivo, pero calidad le sobra a este jugador nacido en Lliria. Y a caballo entre el conjunto junior y la Adecco Oro están también el catalán Marc García, un anotador espectacular, el sueco Ludwig Hakanson y el base serbio, nacido en Venezuela, Stefan Peno, que fue el mejor jugador del último Europeo U16.

El Barcelona ha optado por la excelencia en su baloncesto de formación en el que, desde la llegada de Ardèvol, no se descuidan otros aspectos fundamentales como los educativos y los familiares. En el contexto de crisis generalizada que vive el baloncesto europeo, muchos jugadores deciden tomar atajos hacia la élite por razones deportivas y también económicas. Estar en el Barça, aún con menos minutos, es una garantía para el futuro, sea cual sea este.