vitoria. Ahora que se encuentra más que nunca discutido por su propio club y también una buena parte de la afición baskonista debido al controvertido rendimiento sobre la pista y los elevados números de un contrato insoportable para las arcas azulgranas, Fernando San Emeterio tiene motivos para sacar pecho ante sus detractores. A las puertas de cumplir el próximo 1 de enero las 30 primaveras, el alero cántabro se convirtió hace unas semanas en centenario en la Euroliga. Este viernes, con motivo de la llegada del desahuciado Lietuvos Rytas en la octava jornada de la primera fase, puede alcanzar otra respetable cifra de la que muchos compañeros de profesión no presumen hoy en día. Si consigue anotar nueve puntos ante los lituanos, el exterior del Laboral Kutxa engrosará la nómina de jugadores que totaliza un millar en la máxima competición continental.

Inmerso en su sexta participación con el inquilino del Fernando Buesa Arena en el torneo más glamouroso, San Emeterio es un tipo curtido en mil batallas que sabe sobrellevar a la perfección tanto el elogio como la crítica. El pasado verano tuvo otra vez más de un pie fuera del Baskonia en medio de un clima de alta tensa con la cúpula directiva que ninguna de las dos partes contribuyó a apaciguar. Y es que la sonada negativa a reducirse los emolumentos firmados en el verano de 2010, justo tras la inolvidable canasta más adicional ante el Barcelona que precedió el tercer entorchado liguero azulgrana y su posterior renovación, agotó la paciencia de un Josean Querejeta que intentó sin éxito abrirle la puerta de salIda.

La falta de pretendientes dispuestos a asumir su ficha retuvo al santanderino en la capital alavesa, donde inició su periplo en el año 2008 procedente del Akasvayu Girona. Únicamente el Valencia Basket de Velimir Perasovic barajó realmente la posibilidad de acometer su fichaje, aunque el elevado coste de la operación le hizo rápidamente desistir y explorar otras vías más económicas a la hora de completar su cuerda exterior.

jugador de equipo En los 98 partidos continentales disputados con el Laboral Kutxa antes del comienzo de esta temporada, San Emeterio había acumulado 955 puntos. En vísperas del maratoniano viaje a Chipre para enfrentarse al Panathinaikos, una inoportuna lesión en el dedo de una mano le ha hecho vestirse de corto tan solo en cinco de los siete encuentros, sumando en ellos otros 36 tantos que elevan la cuenta en la actualidad a un total de 991.

Durante toda su andadura en la Euroliga, sus promedios ascienden a 9,7 puntos, 3,7 rebotes, 1,9 asistencias y 0,6 recuperaciones. Sus altibajos a la hora de lanzar quedan justificados con un 56% de acierto en tiros dobles (233 de 416), casi un 40% en triples (104 de 264) y más de un 80% desde la personal (177 de 219). Números que obviamente no son propios de la estrella más rutilante pero sí de un jugador de equipo que siempre ha acreditado un incuestionable compromiso durante su longeva etapa como integrante de la formación alavesa.

"Siempre son importantes esos logros. Al principio tu meta es jugar la Euroliga. Luego, siempre quieres algo más. Estas cosas supongo que se valorarán más cuando dentro de mucho me retire, porque ahora con la vorágine de partidos no te da tiempo a pensar en lo que estás consiguiendo", explicó ayer el internacional de Orenga, que en los dos últimos duelos ante el UCAM Murcia y el Panathinaikos ha vuelto por sus fueros con sendas completas actuaciones que permitieron al equipo dirigido por Scariolo prolongar su brillante racha de triunfos. San Emeterio termina su vinculación con el club vitoriano en junio de 2015, por lo que su futuro también volverá a dar que hablar el próximo verano.