vitoria. Sergio Scariolo ya tiene definida la lista de efectivos con la que, salvo sorpresa, iniciará su segunda etapa al frente del Baskonia. El club hizo oficial ayer la contratación del ala-pívot argentino Leo Mainoldi, jugador que hace siete años pasó sin fortuna por el Buesa Arena pero que ahora llega para ser importante, para formar parte de la batería de interiores de un plantel que parece definitivamente haber dado un paso atrás en cuanto a nombres. Es, sin embargo, un paso atrás consciente. Tanto desde la directiva como desde el cuerpo técnico se realiza una apuesta por el carácter, la intensidad y el colectivo como recursos para conservar una plaza entre los mejores.
La contratación de Mainoldi, que firma por una temporada con opción a una segunda -que queda en manos de la directiva- y ocupa plaza de jugador de formación, se venía gestando de lejos. El Baskonia lo había incluido en su nómina de candidatos a ocupar la duodécima ficha del nuevo proyecto. Era una lista reducida, en la que sólo podían entrar interiores con la condición de cupo, y el hasta el pasado mes de junio jugador del Fuenlabrada pronto se convirtió en el principal candidato. Aun así, las negociaciones se han dilatado más de lo esperado puesto que, como reconoció hace una semana el director deportivo, existían otros aspirantes a ingresar en el cuadro azulgrana.
Mainoldi, de 202 centímetros y 28 años, llega en principio para ejercer como cuarto pívot. Su papel parece definido de antemano. Con su compatriota Andrés Nocioni reconvertido en el ala-pívot titular, le tocará ofrecer minutos de calidad desde el banquillo, así como ejercer el papel de cuatro abierto que tanto ha utilizado Sergio Scariolo en los diferentes equipos que ha dirigido. Su más que decente mano desde la línea de 6,75 lo convertirá en un recurso interesante para abrir las defensas rivales, si bien es un jugador que en ocasiones peca de pisar poco la pintura.
Aun así, el curso pasado, en Fuenlabrada, se convirtió en uno de los reboteadores más sólidos de la Liga Endesa. Mainoldi promedió 10 puntos y 5,7 rechaces con el equipo madrileño, al que ayudó a alcanzar con menos apuros de los pronosticados a priori la permanencia. Más aguerrido que poderoso, más voluntarioso que físico, el perfil del último fichaje baskonista encaja con el discurso que se traslada de tratar de recuperar la esencia y los valores de los que tanto ha presumido el equipo gasteiztarra a lo largo de su historia. Mainoldi tiene carácter, que es lo que se busca, pero al igual que el conjunto del plantel queda por ver si posee la calidad que se precisará para hacer frente a todas las competiciones que vienen por delante a partir del primer fin de semana de octubre, con la disputa de la Supercopa en el Buesa Arena.
Tras aterrizar en el baloncesto español gracias al antiguo Pamesa Valencia, en cuyos equipos filiales jugó entre 2002 y 2005, el argentino firmó en su día por el Baskonia, aunque no contaría con opciones para demostrar su valía, ya que fue cedido al Autocid Burgos y al Lleida, equipo que después se lo quedaría en propiedad y desde donde pudo dar al fin, en 2008, el salto a la ACB. Sus cinco campañas en el Fuenlabrada lo han convertido en un clásico del torneo doméstico.
Andrés Nocioni lo definió la pasada semana como un jugador que "ha estado siempre a la sombra de Leo Gutiérrez", pero también dijo que merecía "una oportunidad en un equipo grande". A Mainoldi se le presenta ahora esa ocasión, un tren que quizá no pase dos veces. Su incorporación se hará sin embargo esperar. Se encuentra ahora mismo con la selección de su país disputando el Premundial de Caracas. Mainoldi, a quien Julio Lamas no está concediendo excesivos minutos, ha promediado 5,5 puntos en las dos primeras citas ante Paraguay y la República Dominicana.