Vitoria. Los bases Heurtel y Cook; los exteriores Causeur, San Emeterio, Nocioni y Jelinek; los interiores Milko y Nemanja Bjelica, Lampe y Pleiss; más los testimoniales Van Oostrum y Calbarro. Son, salvo sorpresa, los doce elegidos para intentar conducir a las vitrinas del Fernando Buesa Arena la cuarta Liga ACB de la historia. A no ser que una irrechazable ganga de última hora se ponga a tiro y a un precio muy asequible, o que el desplazamiento de este domingo a Tenerife para medirse al CB Canarias se salde con algún lesionado de cierta duración que active obligatoriamente la búsqueda de un sustituto, el Baskonia ya tiene completamente descartada la posibilidad de reforzarse para los play off por el título que arrancarán el jueves o el viernes de la próxima semana.
La fecha límite para que los equipos introduzcan novedades en forma de fichajes data del 22 ó 23 de mayo, es decir 24 horas antes de que se dé oficialmente el pistoletazo de salida a la carrera por el título. Sin embargo, en las oficinas de Zurbano impera la calma por muchos motivos a la hora de valorar la conveniencia de acudir al mercado. Si bien muchos jugadores han quedado libres al finalizar su andadura en sus diferentes ligas nacionales, especialmente del Este de Europa, el Baskonia se muestra reticente a realizar modificaciones. Entre que no existe la certeza absoluta de que una hipotética cara nueva mejore lo existente, que la plantilla ha evidenciado durante este curso su capacidad competitiva en todos los frentes -pese a que las carencias son evidentes en algún puesto- y, sobre todo, la política de contención de gasto a la que obliga una tesorería con telarañas en este contexto de crisis mundial, la fisonomía azulgrana tiene todos los visos de permanecer inalterable.
Así que, por segundo año consecutivo, el Baskonia arrancará las series finales con el mismo equipo con que acabó la fase regular. Más allá de repescar a Van Oostrum tras haber permanecido como cedido en Tarragona, la entidad alavesa quiso el pasado curso romper su política de años anteriores propensa a reforzarse a última hora para afrontar con más garantías el asalto a la corona liguera. Desde la exitosa apuesta por Chris Corchiani en la recta final de la campaña 1999-2000, el desembarco de algún hombre nuevo se había convertido en una tónica habitual.
Por falta de ganas tampoco ha sido de cara al inminente inicio de estos play off, ya que el puesto de un integrante a las órdenes de Zan Tabak se tambaleó seriamente durante las últimas semanas debido a su controvertido rendimiento. A las oficinas del Buesa Arena han llegado diversos ofrecimientos de bases que podían haber motivado la rescisión de contrato de Omar Cook, de largo el eslabón más débil de la cadena. Como ninguno convenció ni a las altas esferas ni al cuerpo técnico, y el timonel nacionalizado montenegrino ha mejorado ostensiblemente sus prestaciones, se desestimó la idea de ejecutar el movimiento. Un cuatro atlético, saltarín y eminentemente físico también habría sido bienvenido en lugar de Milko Bjelica, pero el elevado coste que implicaban tanto la salida del montenegrino como la ficha de ese codiciado objeto de deseo han frustrado el deseo de los rectores.
más fracasos que éxitos A lo largo de los últimos ejercicios, sin embargo, la actividad ha sido incesante en este sentido. El Baskonia se ha movido con soltura pese a que cualquier fichaje implica a estas alturas ciertas dosis de riesgo. El escaso margen de tiempo para familiarizarse con los sistemas y los compañeros, o su desconocimiento de la ACB si se incorpora a un estadounidense, juegan en contra para afrontar este tipo de operaciones. De ahí que las diferentes apuestas azulgranas no hayan dado de sí todo lo que se esperaba en un principio. El éxito más llamativo se produjo con la contratación de Milt Palacio en mayo de 2010 en lugar de Sean Singletary. Curtido en mil batallas y con una dilatada experiencia en el Viejo Continente, el orondo estadounidense se erigió en el contrapunto perfecto de Marcelinho en la dirección para que el combinado alavés conquistara su tercera ACB de la historia.
En la temporada siguiente, el ex del Partizan también acudió al rescate de un plantel donde ni Logan ni Ribas se convirtieron en buenos escuderos para oxigenar al brasileño al frente del timón. Bastante pasado de kilos, su rendimiento dejó bastante que desear en esta ocasión. La dirección de juego también fue un foco de problemas durante el curso 2008-09. Los isquiotibiales de Vlado Ilievski conminaron al club a contratar a John Lucas III para dar recambios de calidad a Prigioni. El norteamericano fue una sombra del que acaba de brillar con luz propia en los Raptors de Toronto. Otro que careció de excesiva suerte a las órdenes de Ivanovic fue en 2005 Drew Nicholas, un compulsivo anotador reclutado con el aval de ser el máximo anotador de la Lega italiana y que apenas disputó dos partidos como baskonista tras sufrir en Las Palmas de Gran Canaria una inoportuna fisura por estrés en el segundo metatarsiano del pie derecho. Dragicevic, Lou Roe, Harissis, Gabini, Carraretto o Kurz también aterrizar en su día en Vitoria cuando se puso a tiro la posibilidad de celebrar un nuevo título liguero.