Vitoria. El épico triunfo del Baskonia sobre el Real Madrid en el tercer partido de la eliminatoria tuvo dos nombres propios pese a que todos contribuyeron con mayor o menor acierto para la causa. Nemanja Bjelica y Brad Oleson fueron los ejecutores de un conjunto blanco que se encuentra al borde del precipicio. El balcánico está tocado por una varita mágica en los últimos tiempos y se diría que es el termómetro azulgrana con un rendimiento colosal. Sus dos canastas en la prórroga, una tras un increíble reverso y otra con adicional con un rebote ofensivo culminado en un poderoso mate, incendiaron un Buesa Arena ávido de fuertes emociones. Oleson también rayó a un altísimo nivel con un descomunal despliegue defensivo ante un Carroll desaparecido en combate y una notable producción ofensiva coronada con la canasta que colocó el determinante 81-78 en el marcador.
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