Satisfecho por la victoria aunque no tanto por el trabajo defensivo de un equipo que durante demasiados minutos concedió excesivas facilidades para la anotación a un Bilbao Basket al que le temblaron las piernas en los momentos decisivos, algo que no le ocurrió a un Baskonia del que Dusko Ivanovic alabó su "paciencia" para saber jugar las acciones definitivas. "Un equipo que aspira a ganar no puede cometer errores normales como los que nosotros tuvimos al final. Cuando se decidía el partido tuvimos muchos fallos en defensa, lo mismo que en el arranque. También nos costó cerrar su rebote ofensivo en momentos importantes. Pese a ello, tuvimos paciencia para conseguir una victoria trabajada y muy sufrida", explicó el técnico.

El preparador montenegrino también tenía claro que hubo un punto de suerte que cayó del lado baskonista con el doble error de Marko Banic desde la línea de 4,60 metros con dos lanzamientos que bien podían haber llevado la serie al tercer partido. "Tuvimos suerte para entrar en la prórroga. Con meter uno de esos dos tiros libres ganaban, pero esto es baloncesto. Después, en la última acción, jugamos cómo queríamos, con la penetración de Prigioni y la opción de pase para el triple de Oleson", aseguró Ivanovic, que tenía claro que el Caja Laboral había apeado "a un gran equipo en dos partidos cerrados".

Por su parte, el presidente de Saski Baskonia, Josean Querejeta, quiso mirar hacia adelante, a unas nuevas semifinales ligueras en las que espera que el remozado Buesa Arena tenga un ambiente como nunca se ha visto hasta ahora. "Vamos a volver a repetir grandísimos partidos en un pabellón completamente lleno. Tenemos ilusión por plantarnos en una nueva final y estoy convencido de que el pabellón se va a llenar y va a haber un ambiente impresionante", aseguró el máximo mandatario baskonista.

Protagonista destacado sobre la cancha fue un Pablo Prigioni al que le llevaban los demonios por su mala actuación hasta que en las acciones finales cogió los mandos de la nave azulgrana para guiarla a la prórroga, donde además rubricaría el triunfo con dos tiros libres, con siete puntos consecutivos.

"He tenido paciencia cuando las cosas me estaban saliendo mal porque estaba defendiendo muy mal a Jackson. Sentía que estaba en deuda con el equipo porque quería y no podía. Estaba frustrado porque defensivamente estaba horrible, pero no he perdido la confianza porque sentía que podía llegar mi momento y , al final, he compensado adelante mi mala defensa", aseguró el base argentino.

Por parte bilbaína, el técnico del Gescrap, Fotis Katsikaris, achacó a la "mala suerte en los últimos minutos", tanto en el partido de ayer como en el del pasado jueves en Vitoria, la eliminación de su equipo. En cuanto al tema estrella de la semana, el de los árbitros que abrió el propio entrenador griego, lo zanjó con un cortante "se acabó la broma".