Vitoria. Se desconoce todavía si es la típica probatura veraniega con fecha de caducidad o, por el contrario, una apuesta firme de Ivanovic para elevar la pujanza de un baloncestista en el ojo del huracán durante el pasado curso. Lo cierto es que una de las grandes novedades puestas en práctica durante esta pretemporada por el técnico montenegrino ha venido derivada del reciclaje de Nemanja Bjelica al puesto de ala-pívot. El serbio, utilizado el año pasado en Vitoria y en el reciente Europeo de Lituania por su país como alero, tiene serios visos de alterar su rol dentro del engranaje colectivo y superpoblar de efectivos la pintura baskonista.
Si bien la versatilidad y las ingentes gotas de talento del internacional plavi le convierten aún en una figura susceptible de oxigenar a San Emeterio en tramos puntuales de los partidos, Ivanovic parece decidido a reconvertir a una de las grandes apuestas de Josean Querejeta a la demarcación de cuatro abierto que tanto destila el baloncesto moderno de hoy en día. Atisbados los problemas que acreditó el año pasado para defender lejos de la canasta a pares más móviles y el escaso partido que extrajo de su envergadura para postear cerca del aro, el entrenador del Caja Laboral quiere aprovechar el filón de la excelente muñeca de Bjelica para abrir espacios y desconcertar a las defensas rivales.
Si algo levantó ampollas dentro de las oficinas del Buesa Arena durante el decepcionante pasado ejercicio fue el nulo protagonismo de dos bisoñas promesas como Bjelica y Musli que apenas gozaron de minutos. El excelente papel de San Emeterio y la propia incapacidad del internacional serbio para revertir la situación relegaron al ostracismo a una pieza llamada a propiciar un salto de calidad al equipo. Entre que la predisposición del jugador -acusado por sus detractores de ser blando, excesivamente frío y carecer de sangre en las venas- parece ser otra distinta y la alteración de su posición por parte del cuerpo técnico, los cimientos para su explosión definitiva ya se han instalado.
Competencia para Mirza Este novedoso planteamiento traerá aparejadas de forma paralela otras consecuencias. Tras un verano donde ha sufrido lo que no está en los escritos para configurar el juego interior debido a la lesión de Lampe y la alarmante sequía de hombres altos de calidad en el mercado, el Baskonia dispondrá de una de las zonas más saturadas de efectivos en la Liga Endesa. Además de Nemanja Bjelica, Mirza Teletovic, Joey Dorsey, Milko Bjelica y Kevin Seraphin conforman un quinteto de garantías que compensará la falta de altura con más músculo, dinamismo y poderío físico. En aras de ganar movilidad, algo que se echó de menos el pasado curso debido al perfil estático de Stanko Barac y Esteban Batista, el club alavés ha sacrificado centímetros a la hora de perfilar los trazos interiores de su remozado proyecto.
Si existe una figura llamada a pagar el peaje de tanta saturación de postes, ésa no es otra que Mirza Teletovic. Tras la apuesta fallida de Haislip y hasta el tardío fichaje de Dragicevic en vísperas del inicio de los play off por el título, el bosnio acumuló la pasada campaña una desmedida carga de minutos. No obstante, todo hace indicar que a partir de ahora dejará de ser una figura intocable, ya que Ivanovic dispondrá de alternativas suficientes en el banco para oxigenarle. El mejor ejemplo de ello tuvo lugar durante la disputa del Trofeo Diputación, donde se erigió en un espectador de lujo en la segunda parte por culpa de sus flagrantes despistes defensivos. En su lugar, el técnico podrá echar mano ahora de Nemanja o Milko Bjelica, sin quedar desdeñada tampoco la variante de Dorsey.
En cualquier caso, la estabilidad en el juego interior baskonista continúa supeditada al éxito o fracaso en las negociaciones para desbloquear el lockout de la NBA. Cuando éste llegue a su fin, Seraphin se verá obligado a regresar automáticamente a los Wizards reabriéndose una vía de agua muy difícil de atajar hasta que Lampe regrese a finales de este año.