CAJA LABORAL Huertas (11), Oleson (9), San Emeterio (14), Teletovic (17), Barac (13) -cinco inicial-, Ribas (8), Logan (10), Batista (4), Dragicevic (4), Musli.
LAGUN ARO GBC Salgado (2), Lorbek (3), Panko (10), Miralles (4), Doblas (4) -cinco inicial-, Uriz (16), Kone (4), Baron (15), Lasa (3), Freimanis (4).
Parciales 18-18, 18-15, 27-18 y 27-14.
Árbitros Sacristán, García González, Sánchez. Señalaron técnica a Dusko Ivanovic (m. 2). Eliminado Dragicevic (m. 35).
Pabellón Fernando Buesa Arena. 7.100 espectadores para presenciar la primera edición de la Euskal Kopa.
Vitoria. Hubo que esperar al paso por el vestuario para ver la mejor versión del Baskonia, que conquistó esta primera edición de la Euskal Kopa con total autoridad. El descanso sirvió para reactivar a los pupilos de Dusko Ivanovic, algo dormidos hasta entonces. En la reanudación, el Caja Laboral se desperezó, se quitó las legañas y pasó por encima de un apático Lagun Aro, que tan sólo estuvo metido en el partido mientras el cuadro gasteiztarra dormitaba.
Así fue durante los primeros 20 minutos. Un Baskonia a medio gas, sin ritmo, sin intensidad y sin concentración, vio como el conjunto guipuzcoano le dominaba en el marcador (22-28). Tuvo que entrar en cancha un recién llegado como Dragicevic para contagiar su entusiasmo al resto y poner de nuevo orden al partido.
Un parcial de 12-0 devolvió el mando del encuentro a los azulgranas antes del descanso y ya no lo volverían a perder (34-28). El conjunto gasteiztarra aprendió bien la lección y sabía que para no pasar apuros no podía estar tan relajado cómo había estado durante la primera mitad, en la que fruto de su falta de concentración llegó a perder la friolera de ocho balones en el primer cuarto.
Era un Baskonia al ralentí. Sin el ritmo necesario y que veía cómo tras 20 minutos tenía al Lagun Aro al acecho (36-33). Pues bien, la charla de Ivanovic en el vestuario surtió efecto. La bestia despertó y el Caja laboral puso una marcha más en su juego, aumentó su intensidad defensiva y limitó su número de pérdidas, lo que sirvió para destrozar a un Lagun Aro, que ayer no es que se esmerase en exceso. Los de Laso, una vez asegurada su permanencia, acudieron al Buesa demasiado relajados y al final su falta de intensidad les pasó factura.
Y es que cuando el Caja Laboral cogió velocidad de crucero el cuadro guipuzcoano no presentó la más mínima oposición. El Baskonia, bien guiado por un soberbio Huertas, quien estuvo secundado por sus fieles escuderos, Teletovic y San Emeterio, no tardó en despegarse en el marcador -46-35 a los tres minutos de la reanudación tras un parcial de 10-2-.
El partido se jugaba al son que marcaba el brasileño. Dirigía, asistía y lanzaba el contragolpe de forma perfecta. Después fue Ribas el que le tomó el relevo. Ivanovic quería ver si la maquinaría estaba bien engrasada de cara a los inminentes play off y buscaba aprovechar el partido para ir ensamblando todas las piezas.
Pues bien, la prueba fue positiva. Una vez que el Baskonia pisó el acelerador se marchó de su rival cuando y cómo quiso y se pudo ver en escena la mejor versión del conjunto vitoriano. Notable.
Acierto en el triple, de nuevo un entonado Teletovic, que ayer sí pudo darse un respiro gracias a la llegada de Dragicevic, dominio en la pintura con Barac y un agresivo Batista y el trabajo defensivo de Oleson, destacaron en un partido sin demasiada historia en el que Huertas y San Emeterio camparon a sus anchas durante buena parte del mismo.
Así la ventaja se fue ampliando paulatinamente. Los de Ivanovic ya superaban por 12 puntos a sus vecinos al final del tercer cuarto y por 22 mediado el último. El Caja laboral estaba destrozando a un Lagun Aro, que tan sólo vivía de su acierto exterior para maquillar el resultado. Pues ni con esas consiguió llevarse un resultado decoroso del Buesa Arena. El conjunto azulgrana, en los minutos finales, sin hacer nada del otro mundo consiguió dejar la renta definitiva en 25 puntos. Un primer campeón de la Euskal Kopa a lo grande y sin poner la séptima velocidad.