vitoria. Aparcada por el momento la Euroliga con el amargor de la dolorosa derrota en el segundo duelo de los cuartos de final todavía en el paladar, el Caja Laboral debe centrar de nuevo la vista en la ACB, donde no puede permitirse más despistes si quiere seguir la estela de un enrachado Power Electronics Valencia. Un nuevo tropiezo le descabalgaría de la carrera por el tercer puesto, le podría relegar hasta la sexta plaza e incluso complicar su presencia en las eliminatorias por el título.

Por eso, la tropa de Ivanovic está obligada a enderezar el rumbo en sus salidas en el encuentro de mañana domingo ante un prácticamente desahuciado ViveMenorca. Y es que hay que recordar que el cuadro gasteiztarra encadena ya la friolera de cinco derrotas consecutivas a domicilio.

El Baskonia no conoce el sabor del triunfo lejos del Buesa Arena desde el pasado 9 de enero, cuando se impuso en San Sebastián al Lagun Aro por 80-83. Son más de dos meses ya sin ganar a domicilio en la competición doméstica. En este periodo el Blancos de Rueda Valladolid (78-64), el Meridiano Alicante (88-68), el Gran Canaria (70-68), el Barça (89-66) y el Fuenlabrada (84-68) han hurgado en la herida baskonista.

El cuadro azulgrana se descompone cuando actúa lejos del calor de su público. Los partidos fuera siguen siendo su asignatura pendiente. Cuatro victorias y nueve derrotas es el paupérrimo balance de la temporada. Toca cambiar la dinámica y el Pabellón de Menorca se presenta como una plaza propicia para hacerlo.

Los precedentes así lo confirman. El conjunto gasteiztarra ha ganado tres de los cuatro duelos disputados en Mahón. La única derrota se produjo en el primero de esos cuatro partidos, hace ya más de cinco años. Eso sí, el Menorca de entonces era muy diferente al de ahora. En aquella ocasión, el cuadro insular se convirtió en el matagigantes de la competición e hizo de su pabellón un auténtico fortín.

Y es que antes de que el entonces TAU Cerámica de Velimir Perasovic cayera por 82-75, también lo había hecho otro aspirante al título como el Barcelona. Aquel 7 de enero de 2006 ni el buen hacer de Scola -13 puntos y 10 rebotes- sirvió para frenar a un Llanera Menorca bien guiado por el rocoso pívot Bud Eley, que acabó el encuentro con 21 puntos y 7 rebotes.

AJUSTADAS Y POLÉMICAS Al menos, el Baskonia se pudo tomar la revancha y desde entonces no ha vuelto a conocer la derrota en el pabellón insular. Eso sí, hay que dejar constancia de que dos de esos tres triunfos logrados a continuación fueron por un margen muy ajustado, cinco puntos en la campaña 2006-07 y por sólo dos en la 2008-09, en un final de partido muy polémico. De hecho, en este encuentro, el último en el que se han enfrentado ambos hasta la fecha en Mahón y que sirvió para abrir dicha temporada, los locales protestaron enérgicamente el último lance del partido. El cuadro gasteiztarra ganaba por 77-79 pero Pooh Jeter lanzó a fallar un tiro libre y, tras dos rebotes ofensivos, consiguió encestar, si bien no fue considerado dentro de tiempo por los colegiados.

Con anterioridad a este ajustado triunfo se impuso en la campaña previa, en la que estaba Spahija en el banquillo azulgrana, por 14 puntos (62-76) en un partido en el que el Baskonia se sobrepuso a las bajas de Jasaitis, Linton Johnson y Singleton y destacó Planinic con 12 puntos, 4 rebotes y 14 de valoración.

Por último, la tercera y última victoria llegó en el curso 2006-07, también con Perasovic al frente del equipo, esta vez por 75-80. Scola (11 puntos), Rakocevic y Erdogan, 14 cada uno, y Peker fueron claves en aquella sufrida victoria. Ahora, la tropa adiestrada por Ivanovic busca la cuarta, siendo consciente de que el objetivo no será sencillo, ya que así lo dictan los precedentes.